VodooQueen

Elementos

Rumple que le costaba mucho tener empatia con las hadas, "era una cuestión familiar" le toco dejar esa parte de odio hacia ella y buscar alguna que le pudiera ayudar.
Para su tranquilidad y satisfacción la maldición había llevado con ella a Azul pero debía encontrarla y pedirle su ayuda.

Queen era una mujer que a pesar de haber cambiado para bien, había cosas que aún no toleraba, como las criaturas esas a las cuales por muchos años desprecio y a las cuales causo mucho daño y aún no les había pedido disculpas. Pero debía hacerlo, todo lo que fuera por salvar a sus hijos y al parecer el bosque era el lugar más indicado para encontrarlos.

Zelena a pesar de no tener paciencia en sus tiempos en que fue bruja y menos con niños, ya había mejorado esa parte gracias a su hija Robyn. Había aprendido a convivir con los berrinches y el llanto desesperante de aquellas pequeñas criaturitas. Sin pensarlo se dirigió al hospital donde rogaba que allí estuviera alguna mujer dando a luz o que al menos ya hubiera una con bebé en brazos.

Hood era bastante aventurero y siempre sabia como encontrar objetos perdidos o cosas escondidas.
No sabia si en Hyperio habría algún manantial pero buscaría hasta en el ultimo rincón para encontrar así fuera una cucharadita de agua.

Lucy, la gran curiosa Lucy tenia una de las tareas más fáciles, buscar cabello tanto de su padre como de su tía. Cosa que no le fue difícil, solo debía ir a sus respectivas casas y sacar de los cepillo algo de cabello y llevarlo al punto de encuentro.

Jacinta desesperada por volver a ver a su amor, comenzó a caminar por las calles de Hyperion en busca de alguna visten que pudiera regalarle una lágrima, solo eso requería una lágrima.
Cada mujer que veía le hacia pregunta sobre si era virgen. ¿Eh, qué? ¿a quién se le ocurriría eso? O ¿qué mujer le regalaría su lágrima a una loca que va por las calles haciaendo ese tipo de preguntas?

Mientras todos andaban como locos por la ciudad buscando su ingrediente, Regina y Facilier fueron a conseguir lo que debían. Sangre de cada uno no muy cohagulada ni muy aguada, por fortuna contaban con la magia que les ayudaba a tenerla en su estado normal.
Fue tan "fácil" realizar esa tarea, si "fácil" puesto que no todo lo que brilla es oro. ¿Recuerdan aquel día cuando ambos buscaban a Gothel? Pues ya no tenían que buscarla por que ella fue hacia ellos.

Gothel les había seguido los pasos todo este tiempo, sabían hacia donde iban, que hacían y con quien andaban. Sabia que intentaban revivir a Henry y a Rachel, cosa que a ella no le convenía para sus planes pues Henry con ser el escritor le trocaría todos sus futuros planes.
—Vaya, hay, vaya, pero si son los amantes.—
Los sorprendió por la espalda, como todo villano que sabe a quien se enfrenta.
—Gothel, ¿qué haces aquí?.— Pregunto Regina.
—Vine a buscar algo que tú tienes y que me pertenece.—
—¿Algo que yo tengo y que te pertenece?. Pues no, no sé de que me hablas.—
—Qué tal si te digo que la forma en como salvaras a tus hijos desaparece y aparece justo aquí.— Alzo su mano girándola leve e hizo que el libro donde se encontraba el hechizo apareciera justo en sus manos.
—Devuelveme eso, no es tuyo ni te pertenece.—
—Te equivocas, todo lo que hay en Hyperios Higns me pertenece, incluso la vida de tus hijos.—
—Te advierto Gothel, no te quieras meter conmigo.—
—¿Por qué? ¿me arrancaras el corazón como en los viejos tiempos? Anda, hazlo. Total eso siempre te ha fascinado.

Regina sentía como su ira comenzaba a recorrer su cuerpo, de verdad quería arrancarle el corazón pero eso era algo que todos los presentes sabían que no debía pasar, sabia que no debía recurrir a la maldad y que además ella era mejor persona que Gothel.
Facilier no se contuvo y quiso abalanzarse contra ella, pero ella estaba a la defensiva y actuó más rápido que él. Hizo aparecer una liana de la cual colgó a facilier haciendo que esta misma lo comenzara a horcar.
—Tú eliges, o vienes a quitarme el libro, o salvas a tu amor. Dime Regina, ¿qué escoges?.—
—T.. Toma el libro Regina, debes quitarle el libro. Hazlo ahora.—
Estaba contra la espada y la pared pero su decisión fue rápida, se dirigió hacia donde estaba colgado Facilier e intento deshatarlo. Al momento en que ella actuó, Gothel desapareció del lugar llevándose el libro y volviendo débil la liana. En realidad solo funcionaba si ella estaba allí por eso necesitaba distraer a Regina para poder salir corriendo del lugar.

Una vez que la liana lo soltó, Facilier cayo al suelo torciendo un poco.
—Facilier, ¿estás bien?.—
—Si, estoy bien no te preocupes. Esa maldita se llevó el libro.—
—No te preocupe lo recuperáremos, aún tenemos tiempo lo importante es que estés bien.—
—Gracias por salvarme, sé que no fue fácil par tí.—
—Hice lo que debía hacer Facilier. Anda, levantate, debo ver que estás bien.—
—Regina, estoy bien de verdad.—
—Siento no haber luchado para quitarle el libro, lo siento.— Regina comenzó a llorar como una niña chiquita pues su oportunidad la había perdido y se sentía culpable. Pero Facilier sabia que no era así, que había hecho lo correcto. La abrazos fuerte haciéndole saber que él no la juzgaba y que todo se arreglaria.         —Oye, tranquila, tú me salvaste.—
Mientras los amantes enamorados se daban tranquilidad el uno al otro. Los demás buscaban entre lo que parecía un laberinto.

Jacinta.
—Buenas, oye lo que pasa es que necesito una lágrima, solo una. ¿Eres virgen? ¿podrias darme una lágrima?.—
—¿Qué le pasa?.—
—Es que es.... Si adiós, gracias por nada.—

—Hola, ¿eres virgen? Puedes regalarme una lágrima, solo requiero de una.—
—Esta loca o que.—
—Pero... Esto no esta funcionando Jacinta, debes cambiar tu estrategia.— Se decía así misma mientras caminaba y caminaba.

Queen.
—Es por esta razón que nunca me ha gustado andar a pie, mis zapatos se llenan de barro. Solo espero encontrar a esa criatura por que de lo contrario Rumplestiltskin me va a oír.—

Hood.
—¿En serio? En esta ciudad existen hasta duendes pero no hay un poco de agua de manantial. Genial, al paso que voy no lograre conseguir nada.—

Lucy.
—Creo que mejor utilizare guantes para estas muestras, no quiero alterar todo. Me siento como una detective. Detective Lucy, que bien suena eso.— Lucy y sus ocurrencias, era tan satisfactorio verla en cada una de sus travesuras.

Zelena.
—Buenas señorita, vera, estoy aquí por que necesito meter en este frasco el llanto de un bebé y pensé en que tal vez aquí allá alguno.—
—Perdone ¿qué?.—
—Frasco, meter, llanto, bebé. ¿Entendio?.—
¿Sera que con esa paciencia que tenia Zelena, conseguiría algo? Esperemos que si.

Rumple.
—Huele a magia blanca, la cual reconozco muy bien. Azul.— Se giro y si efectivamente allí estaba Azul.
—¿Me llamaste?.—
—Yo no te he llamado querida.—
—Si lo hiciste, pediste un deseo. Lo que me aterra es saber ¿por qué alguien como tú me buscaría a mí?.—
—Solo quiero pedirte ayuda y no te preocupes pagare el precio.—
—Aquí el de los tratos eres tú no yo, Rumplestiltskin.—
Dos antiguos enemigos se encontraron después de un largo tiempo, pero al parecer ya no eran tan enemigos como antes.