[12] Tristeza

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Eric

Era solo un chico más que se hipnotizaba con las mas bellas palabras y que tenía el placer de conocerla, de acercarme a ella, de quizás conquistar su corazón.

La conozco poco y por lo que se es un alma libre, en los últimos días la observaba y se notaba triste, mientras que otro chico se aprovechaba de ello para acercarse a ella. Yo la quiero, desde el momento en que la vi, y leí sus primeras notas.

Algunos días tenía la sonrisa mas bonita, que el mundo podría observar.

Me debatia entre consolarla o dejarla ahí sola. Era tímido para hablar con chicas, pero por ella haría mi mayor esfuerzo.


Una lágrima corrío por su mejilla, no lo tolere y decidí acercarme.

-Nina... ¿Estás bien?-Pregunte y rápidamente limpió sus lágrimas, y asentío.

-No parecé.-Hable con timidez, como siempre.

-Si, solo se me metió una basurita en el ojo.-Mintió, se paro para irse, pero la detuve.

-Emmm... Yo... Se que no me conoces mucho, pero ¿puedo hacer algo para que te sientas mejor?-Pregunte.

-Eric aprecio que te preocupes por mi, pero no quiero hablar con nadie. Necesito estar sola.

-Espera... No me gusta verte triste.

-No estoy triste.-Respondió y se fue. Me debatia entre seguirla o darle su espacio.

Al final le di su espacio, eso quería y yo solo quería complacerla.

Nina

Sentía como todo lo que quiero se iba poco a poco, pero no podía hacer nada para impedirlo, lo único que podía hacer era apoyar el sueño de cada quien.

Mi padre volvió a Miami, a su trabajo soñado.

Gastón está en Oxford, en la universidad de sus sueños.

Y ahora mi tía postiza esta en Milán, siguiendo su trabajo de diseñadora.

Solo me queda mi madre. Pero a pesar de tenerla cercas es como si la tuviera lejos, su trabajo y su nuevo novio, le quitan mucho tiempo.

¿Por qué siento que el mundo de golpe me quito todo lo que amo? ¿Por qué están tan lejos? ¿Por qué existió la distancia?

Tanto te extraño Gastón que siempre que sueño contigo, quisiera sacarte de mis sueños y abrazarte.

Ya decía yo, que la vida me estaba sonriendo demasiado, desde que Gastón llego a mi vida, todo cambio de color, el gris ahora era un arco iris, mis padres peleaban menos, tenia amigos.

Y de golpe se fueron.

-Nina aqui estas, te estaba buscando.-Dijo una voz mientras se sentaba a mi lado. Enseguida limpie mis lágrimas. Y trate de sonreír.

-Jazmin...

-Nina... ¿Que tienes?

No hacia falta mentir.-No se... Son muchas cosas que se acumulan en mí. El vídeo que subió Delfi y el miedo a como reaccione Gastón ante eso... Y mi padre se volvió a Miami.

-¿Cómo una persona puede sentir todo eso? Estas segura que eres humana.-Dijo a lo que me hizo reír un poco.

Jazmín no dijo nada más, y se dedico a abrazarme, realmente lo necesitaba, no quería hablar con nadie, no quería hablar sobre esta incertidumbre que me consume.

¿Quien dijo que querer a alguien es fácil?

¿Por qué nos enamoramos, si sabemos que vamos a sufrir? Tal vez porque el amor, es de ese tipo de sufrimiento que lo valen.

-Mira... No se lo que es sentir tener a la persona que quieres al otro lado del mundo sin saber nada de el, pero verás que todo se solucionara...-Agradecí sus palabras, solo esperaba de verdad que Gastón no reaccionara mal si llegara a ver ese vídeo.

Después hablamos sobre cosas de moda, aunque no le entendiera, logre olvidar todo mi dilema. Aunque sea por unos instantes, me plático sobre sus nuevas ideas para su canal, así como de un nuevo tema, que sea intro para cada uno de sus vídeos.

Al final se retiro dejándome con mis pensamientos perdidos, a veces no entiendo como algo tan pequeño puede afectarme tanto.

Que sentido tiene el tiempo, si cada minuto que paso sin Gastón, son miles de instantes perdidos.

Decidí volver al Roller por mis cosas y volver a casa, no tenía ganas de nada, lo único que podría mantenerme lejos de la realidad por un instante sería un buen libro, aunque lo peor de todo, es que tendré que volver y enfrentar la realidad.

Ignore al mundo, a todos, así como en su momento lo hicieron conmigo, mi corazón se agrietaba poco a poco, no quería pensar en nada de lo que ocurría, como se ignora algo que te duele en el fondo.

Llegue a los lockerts y me dispuse a buscar mis pertenencias, que necesitaba, hasta que irrumpieron mi paz.

-Nina... ¿Podemos... Emmm hablar?-Pregunto tímidamente Eric.

Lo mire y asentí.

-¿De que querés hablar?

-Solo... Quería decirte que yo no fui quien te dejo la rosa.-Confeso a lo que asenti.-Solo que estuve en el lugar incorrecto en las circunstancias incorrectas.

-No te preocupes se quien es el dueño de la rosa.

-¿Segura que no hay problema?... Lo digo por el vídeo.

-Bueno quizás si tenga un poco de problema, pero nada que deba interesarte, ya sabré resolverlo.-Dije mientras tomaba mis libros y cerraba mi lockert.-Bueno me voy.

Me retire del lugar sin darle lugar a su respuesta, porque sinceramente, no me interesaba, su sola presencia en el lugar equivocado puede traerme quizás algunos tropiezos en mi relación.

En cuanto a Gastón no importa donde este, por mucho que se aleje, cada día que pasa lo siento más dentro de mi corazón.

Dicen que la distancia es equivalencia al olvido, pero no estoy de acuerdo, porque por mucho que estemos lejos siempre tengo presente a Gastón a cada segundo que pasa. Sin saltarme ninguno.

Nina♥
Hoy te extrañe demasiado.

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Amor Sin Fronteras|Gastina|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora