[32] Xabi

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—Hola Eric.—Hable en cuanto lo vi entrar a los lockers, estaba absorta leyendo un libro para el colegio, pero su presencia rompió mi concentración.

—Hola Nina... ¿Cómo estás?—pregunto con desinterés. Hace días que no lo veía y ni hablaba con él. Tenía la inquietud de que me estaba evitando.

—Muy bien y ¿vos?—respondí.

—Bien...

Evidentemente su actitud no paso desapercibida, quise irme pero me arrepentí al último segundo. Volviendo la mirada a él, me formula mentalmente lo que iba a preguntar.

—Eh yo...—Comence insegura y temiendo incomodarlo.—¿Seguro que estas bien?

Volvió la vista hacia mi, dejando de lado los patines que llevaba en mano.

—Yo...—comenzo pero solo asintió.

—Podes contarme somos amigos.—Dije intentando sonreír.

Eric bajo la mirada, se notaba incómodo.—No... Yo... Si. No te preocupes por mi.

—Seguiré insistiendo.

—En serio Nina, no pasa nada, solo...

—Entiendo si no me tenés confianza.

Bajo la mirada de nuevo y la subió de nuevo. Se veía indeciso, como debatiendose entre contarme algún enigma tan interesante o no.

—Yo no se si sea correcto decirte.

—No entiendo ¿qué me querés decir?

—Nina tú... Me.—Se detuvo y me quedé con la intriga.—Eres buena amiga y solo quería decirte gracias otra vez por ayudarme.—Asentí no muy segura de lo que estaba oyendo.

—¿Seguro? No te veo muy convencido. Pero bueno, me alegra de que te hayas animando a participar.

El ambiente propiciaba a ser tenso de alguna manera, razón por la cuál decidí guardar algunas cosas y solo sacar mi libro que estaba leyendo.

—Nos vemos luego.—Dije despidiendome a lo cuál asintió solamente.

Caminaba en dirección hacia la plaza, hasta que llegué a ese banco donde tuve numerosos encuentros con Gastón. Y todos quedaban grabados en mi mente a fuego vivo.

“—Cuando mire las estrellas voy a pensar mucho en vos. 

—Igual falta mucho para el momento en que tengamos que despedirnos.

—Si pero cada vez falta menos, y yo cada día te quiero más.”

Cada lugar, cada libro, me recordaba a Gastón, cada persona. Mi mente se dedicaba solo a eso y estar en lugares que presenciaron nuestra historia no era la excepción. Una lágrima corrió por mi mejilla.

—¿Mal día?—pregunto una voz tan conocida, que me hizo levantar la vista. Creí que no lo vería más.

—Xabi...—Hable emocionada y me levante a abrazarlo. A lo que me correspondió.

En cuanto nos separamos vi que venía acompañado.

—Ella es Mila... Mi novia, estamos buscando un sitio para tomar algo, y el Roller es una buena opción, y de paso saludarte, pero bueno aquí estás.—Expresó con alegría.

—¿Eres Nina?—pregunto la chica y asenti.—Un gusto Xabi me a hablando mucho de ti... Al fin tengo el placer de conocerte.

—El placer es mio.—Dije recibiendo su mano a modo de saludo.

—Los dejaré un momento tengo que hacer una llamada.—Comentó desviando su camino.

—¿Qué ocurre Nina?—pregunto Xabi.

—No es nada, solo la nostalgia de extrañar tanto a Gastón...

—Nina te conozco tan bien que se que cuando bajas la mirada estás mintiendo.

—¿Alguna vez te has sentido confundido?—pregunte dando vueltas a todo mi revolución emocional.

—¿En que sentido?—Preguntó confuso.

No tenía opción pero era lo más sensato, el nunca me a juzgado, desde el primer momento supo entenderme, al igual que entendió que Gastón era el único chico de mi vida. Aunque nos causo malentendidos, pero es de ese tipo de chicos que valen la pena. Sobre todo porque saben escuchar

—No me hagas caso, son solo tonterías.—Dije intentando cambiar de tema.

Abrió la boca intentado decir algo, que murió ahogado en cuanto Mila volvió a nuestro lado. Lo cuál agradecía infinitamente.

—¿Todo bien?—Preguntó Xabi.

—Si, solo era mi madre queriendo saber si ya habíamos llegado.—Sonrió con pena. —¿Entonces sigue en pie lo de ir al Rolling?

—Es Roller, pero vayan ustedes. Les prometo que en otro momento tomamos algo juntos.—Dije sonriendo, para que no quedara mal.

—¿Estás segura?

—Sí, tengo otras cosas que hacer.

—Bueno Nina, un placer conocerte, espero verte otro día y platicar.—Asentí despidiendome igualmente de ella.

Xabi en cambio se acerco para abrazarme de nuevo.

—La distancia no existe en el corazón, cuando todo el tiempo tienes presente en tus pensamientos a la persona que quieres.—Susurro a lo que frunci el ceño. No sabía a que se refería.

—Gracias, te veo luego.

Ambos se fueron tomados de la mano en dirección del Jam & Roller. Los mire con nostalgia y tristeza, así eramos Gastón y yo, siempre sin importar que tomaba mi mano o simplemente me abrazaba de imprevisto, haciéndome siempre la chica más feliz mientras me sentía afortunada de tenerlo como novio, amigo y confidente.

Gastón es el chico que sin importar cuanto tiempo pase alejada de él, siempre esperaría con los brazos abiertos.

El me dio lo que nadie más ha podido, ni siquiera Xabi. Amor, felicidad.

La nostalgia me invadia cada vez más, sin olvidar mencionar que al ver cada pareja por la calle o simplemente por el parque, me hacia sentir triste, triste por estar aquí sola, porque el tiempo de espera lo siento cada vez más eterno.

¿Quién dijo que sería fácil extrañar a alguien?

Mis sentimientos nuevamente se estaban desbordando como los ríos incontrolables, y esta vez no era un corazón roto por una tonta pelea, simplemente la tristeza de añorar el contacto de Gastón.

Mi móvil sonó.

Era él.

Apareciendo en el momento justo. Cuando mi corazón comienza a llorar en silencio nuevamente. Y sus palabras son como caricias a mi corazón.

—Hoy te eh extrañado mucho.—Fue lo primero que dijo. Sonrei entre mi tristeza.

—Y yo a ti.

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Amor Sin Fronteras|Gastina|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora