[34] Gotas De Amor

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En unos cuantos meses sin ti, comprendí el valor de los instantes y la grandeza de las sonrisas.
—La Vida Entre Mis Dedos

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La playa es un buen lugar para dar paseos, un lugar para divertirse, para disfrutar y olvidarse de todo. Pero sobretodo para dos enamorados con ganas de descubrir lo que el mundo te tiene preparado.

—No importa cuántas veces escribamos nuestros nombres en la arena si el mar siempre los va a borrar.

—El mar no los borra. Yo creo que el mar los guarda. Sabías que hay una leyenda que dice que cuando dos enamorados escriben sus nombre en la arena el mar los guarda, y si su amor es verdadero algún día las olas devolverán esos nombres para que ellos puedan volver a encontrarse.

Una leyenda que daba paso a una historia de amor que escribíamos día con día. Y tratabamos de no dejarla nunca.

Y aunque el tiempo pase y la vida no se detenga, yo misma giraba en el tiempo una y otra vez en busca de reproducir mis bellos recuerdos una y otra vez.

Hoy cumplíamos un año desde aquel día en que nos reconciliamos, y volvimos, aunque técnicamente no terminamos, solo nos dimos un tiempo.

Y rememoraba cada recuerdo, cada ilusión que había guardado muy bien en gotas de amor. Como dice un libro “el amor se centra en la recopilación de buenos momentos”.

Por lo tanto hoy los rememoraba con mucho amor, porque a pesar de que estamos lejos, aún tenemos mucho que nos une, una historia que escribimos, una canción y miles de momentos juntos. Recordar es volver a vivir, es traer a contigo esa persona, porque cuando de verdad se quiere, ningún recuerdo jamás se olvida.

«—Yo no estoy para nada confundido, se muy bien lo que quiero.

—Y yo se a quién quiero y siempre lo supe.»

Ningún mensaje nada de nada, ni siquiera me había respondido el mensaje que le envié en la mañana, ni siquiera el visto me clavo.

Aunque es un día cualquiera quizás para Gastón, yo recuerdo muy bien cada fecha importante y esta es una razón más para saber que estamos en sintonias iguales.

Lo cierto es que últimamente no le daba la misma importancia de siempre, y no podía deducir porque, quizás después de todo aquello que se aleja tanto se desgasta.

Una fotografía cayó de mi caja de recuerdos, me levante para recogerla y al tomarla en manos, me encontré con la misma fotografía que tome a Gastón en nuestro taller de fotografía hace dos años.

Es increíble lo mucho que cambio, lo guapo que esta cada vez más, la mirada musical que aún conserva en su semblante.

Mi móvil vibró, por lo tanto lo tomé rápido para ver de quien se trataba con la esperanza de que sea mi novio.

No obstante la decepción me invadió al ver que se trataba de Eric. Suspire rendida.

Quizás había olvidado está fecha, quizás esta ocupado, quizás ni siquiera sabe en que día esta parado.

Eric♪
¡Hola Nina! Hoy no te he visto por el Roller solo quería saber si estas bien.

Por cierto un chico pregunto por ti, creo que se llama Javier.

¿Javier? No conozco a ningún chico con ese nombre.

Nina
Hola Eric, todo esta en orden, gracias por preguntar.

Eric♪
¿Estás segura?

Últimamente se preocupaba demás, siempre me preguntaba lo mismo, digo soy yo y me conozco mejor que nadie, porque no lo estaría.

Aunque ahora si me siento un poco triste.

Nina
Completamente.

Por mi mente paso la vaga idea de contactar a Matteo, para saber algo de Gastón. No lo dude mucho y fue precisamente lo que hice. Llamar a Matteo.

Un tono.

Dos.

Tres.

Atendió.

—¡Hola Nina!

—Matteo ¿cómo estás?—pregunte cauta para no parecer obstinada.

—Bien gracias, Gastón igual por cierto. ¿Qué ocurre?

—No puedo solo hablarte para saber como estás.

—Desde que me vine a Oxford, no has llamado, solo hemos intercambiando algunos mensajes. ¿Qué paso con el señor Gastón?—preguntó gracioso.

—Eso quería preguntar yo, porque no respondió mi mensaje esta mañana, ni siquiera el visto me clavo, y no es que lo este controlado simplemente hoy es un día importante para nosotros, pero creo que lo olvido.—Dije tan rápido que espero me haya entendido algo.

—¿Qué día es hoy? ¿Tu cumpleaños?—pregunto notablemente nervioso.

—No. Por favor dime solo si está bien.

—Nina él esta bien, ahora no ha llegado de la universidad se tuvo que quedar para ver el trámite de algo, no me dijo muy bien para que... Igual no te alteres, quizás no ha tenido tiempo de ver el móvil, ha tenido un día muy difícil.

—Tenés razón creo que exagere.

—Te preocupas por mi amigo, lo sé. Igual si algo andará mal, yo mismo te avisaría.

Sonrei con más calma.

—Bueno Matteo gracias.

—No hay de que. El cuñado Matteo siempre está a sus ordenes.—Rei ante su broma.

—Te dejo para que sigas en lo que estabas, espero ni haber interrumpido nada.

—No te preocupes, siempre hay espacio en mi agenda para mi cuñada favorita.

Se escucharon unos gritos al fondo y frunci mi ceño.

—¡Ay no! La tercera guerra mundial se acerca.—Dijo con gracia.—Adiós Nina.

Colgó.

Decidí hacer algo de mis deberes del colegio, para dejar de pensar un poco en la vida y centrarme en problemas mucho más mayores de matemáticas.

Más tarde el móvil volvió a sonar, sin muchas ganas de atender, conteste a la llamada con desgano, estos problemas algebraicos me estaban comiendo la cabeza.

—¿Si?

—¡Seis palabras! Gracias por llegar a mi vida.—Sonreí al reconocer esa voz tan profunda.

—¿Gastón?

—¡Quién más! 

—Creí que no lo recordarias.

—Puedo olvidarme de muchas cosas, menos lo que tenga que ver con la persona que me hace feliz.




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Amor Sin Fronteras|Gastina|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora