Amor Sin Fronteras|Gastina|

[46] Oscuridad

El show de Matteo fue todo un éxito, presento canciones de las cuales varios ya conocíamos, sin embargo al cantar su canción, creí que Gastón saldría al escenario.

No fue así.

Cuando canto Quiero verte sonreír algunas personas se pusieron a bailar con sus respectivas parejas, y mi corazón no hacía más que comprimirse.

—Esto me es incómodo, creó que me iré a casa.—Dijo Luna. La comprendia tenía en el escenario a Matteo el chico por el cuál cometió varias locuras, pero que tras las consecuencias de ellas, se han alejado, sin hablar más.

Asimismo el cantaba la canción con la que finalmente terminaron de separarse y causo el revuelo.

—Quedate un rato más.—Objeto Ámbar.

—Tu ex no es el que esta cantando la canción de fondo que genero el caos.—Intervino Jazmín.

—En algo te equivocas. Él si es mi ex.

—Cierto.

—Verlo me causa... No se. Son sensaciones viejas pero que a la vez me traen malos recuerdos.

—Yo apoyo a Luna... Me quiero ir.

—Nosotras nos vamos, la situación es incómoda para ambas.

No les quedó más remedió que asentir.

Pero el sentimiento ahí estaba presente, el pecho me dolía con intensidad, la respiración me faltaba, todo se tornaba negro. El mensaje borroso de mi madre y solo una palabra que logré distinguir fue suficiente para que dejará que mi organismo se parará.

—Nina.

La voz de Luna llamándome del mas allá, fue lo único que escuche.

...

—Eso no puede ser verdad...—Las lágrimas se inundaban en mis ojos con más intensidad, no podían parar.

—Creeme que a mi me cuesta creerlo más que a ti. Tanto tiempo juntos...

El día que según sería el más feliz de mi vida por graduarme por fin del colegio se vio tornado de oscuridad sin salida ni ápice de luz.

¿Por que él?

—Hablé con el justo antes de la ceremonia, estaba cerca.—No me podía contener más.

Desperté en la sala de urgencias, estaba confusa, la cabeza me daba vueltas, y mi pecho se sentía oprimido. Exactamente no sabía como es que estaba aquí, ni como llegué.

—Todo indica que sufrió un ataque de ansiedad.—Indico el urgenciologo.—Reprimir emociones puede causar a la larga desmayos por la acumulación de los mismos. No soy el especialista aquí, pero con gusto podría ser revisada por un neurólogo.

Mamá asentia constantemente a las indicaciones, y luego lo apartó para decirle algo en voz baja, el médico puso una cara que no supe comprender, quizás de empatia.

Con un apretón en el hombro de mamá se marcho, cabizbaja alcanzó a secar una lágrima, vino hasta mí, pero en lugar de reprenderme o algo, simplemente me abrazó.

—Lo siento.

—¿Por qué?—Pregunte sin comprender. Fue ahí donde se desvordo y recordé el mensaje que me había enviado.

Me parecía irreal, como podía pasarle algo así, hasta que lo oí de los propios labios de mamá.

—Tu padre tuvo un accidente de auto, lamentablemente no pudo sobrevivir.

Ahí mi mundo se derrumbo completamente. Preguntándome como habia sucedido si yo había hablado con él antes.

Nunca imagine que sería la última vez que escucharía su voz, o que estaría llegando tarde a algún sitio.

Mi llanto era incontrolable, era mi padre, mi súper héroe, mi confidente, mi compañero gamer, quien se metía en problemas por mi, incluso aunque eso molestará a mamá.

Perdimos tiempo estando tan lejos, no lo disfrute el último año, su último obsequio fue mi laptod.

Sumida en esos recuerdos, una enfermera se acerco a mí, no supe que me hizo, solo que la oscuridad me aclamaba.

...

—Esta echa un caos. Nada parece consolarla.—Escuche que hablaban a mi alrededor.—Por favor, ella te necesita... Estamos en el Hospital, solo esperamos su alta, así que lo más conveniente sería vernos en casa.

Abrí los ojos nuevamente, todo había sido un sueño, uno terrible. Volvía a mi realidad.

Gire la cabeza para dar con el rostro de Mora y Mamá con los ojos hinchados...

—¿Y papá?—Pregunte con un hilo en la voz.

No respondieron y se limitaron a llorar, comprendiendo que nada había sido un sueño... Mi padre...

Se había ido.

Y no pude despedirme de él.

Solo quería que estuviera en mi graduación.

Mis lágrimas volvieron a atacar mis ojos, volviendo a sentir como mi corazón dolía. Verlo partir a otro país fue triste... Pero no verlo nunca más era... Algo que me destrozaba.

Mi hogar, ese lugar donde presencié muchas peleas de mis padres, donde crecí junto a ellos, donde a pesar de todo su amor incondicional era solamente para mí.

Y es ahí donde aprecie todo lo que ellos hicieron por mí, incluso cuando cantaron esa ridícula canción, ridícula pero fue un acto de amor hacia mí... Yo no lo entendía, pero hací fue.

Mi habitación estaba vacía y me sentía igual, vacía por dentro, como si me hubiesen arrancado gran parte de mi alma, veía a mi padre jugando conmigo, a mi madre reprenderlo como siempre y yo solamente queriendo estar con él.

Estaba tan absorta, me sentía en un mundo paralelo, donde dejaba de sentir tanta tristeza, donde solo era yo sin nada que me destroce.

Unos brazos me devolvieron a la realidad.

Gastón.

No se en que momento llegó, solo sabía que me estaba abrazando fuertemente, apoye mi cabeza en su hombro y mis lágrimas volvieron a salir.

Me sentía desconcertada por el echo de no haber visto a Gastón en la graduación, pero que hubiese pasado, si fuera el quien hubiese sufrido lo de mi papá... Mi corazón se partía en millones de pedacitos con tan solo pensarlo.

—Se fue... Él  se fue.—Sollose tanto como pude.

—Lo sé.—fue lo único que dijo. No hacia falta que dijera nada más solo que me abrazara muy fuerte.

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