Amor Sin Fronteras|Gastina|

[27] Contra el mundo

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Son pocos los que saben lo que quieren de verdad. Los demás solo podemos intuirlo mientras recorremos a ciegas nuestro
propio camino.
-Nina Simonetti

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Nina

Un corazón machacado por la desconfianza es peor que un golpe en la rodilla. A veces era mejor volver a ser niño y llorar por esos golpes de la vida, que sufrir por personas.

Matteo quería aclarar las cosas, y estaba dando la cara en el Roller, muchos murmuraban sobre su presencia aquí y realmente no debe de tener vergüenza sabiendo que el no es responsable de nada hizo todo lo que estuvo a su alcance y no fue suficiente. Y muchos esperaron a ver su primer desliz para juzgarlo.

-¿Cómo te atreves a preguntar por ella?-Dijo Jim.-Después de destrozarla.

-Debería darte vergüenza.-Añadió Yam.

-Chicas el asunto es con Luna no con ustedes, no se metan.-Dijo Gastón firmemente. Matteo se encontraba fatal y sin ganas de soportar quejas.

-¿Y qué estás haciendo tú?-Pregunto Delfi.

-A diferencia de ustedes no ando metiendo las narices donde no me incumbe, solo ayudo a mi mejor amigo...-Fue interrumpido por Matteo.

-Gastón no vale la pena, al parecer no tienen una vida que atender vámonos.-Asintió y continuamos buscando a Luna. Petición de Matteo.

-Sabiendo como es Luna, no accedera a hablar contigo.-Le dije, pero también conocía la persistencia de Matteo.

-No importa si quiere hablar, solo debo conseguir que me escuche, y con eso me conformó. A fin de cuentas nunca fuimos nada. Debería ahorrarme explicaciones, la gente cree lo que le da la gana.-Se notaba frustrado.

-¡Simón!-exclame al verlo, quizás el podría ayudar. Sonrió al verme con Gastón, pero se desvaneció al tiempo que vio a Matteo a nuestro lado.

-¿Qué hace el aquí?-Pregunto con furia notable en su voz.

-Hasta donde yo se, el Roller no es privado y puede entrar quien le pegue la gana.-Dijo Gastón.

-Simón si tan solo pudieras escucharme, te decías llamar mi amigo, pero al primer error me tachas de mala persona...-Dijo Matteo con desesperación. Pero Simón lo ignoró.-Emilia me besó, fue una trampa y...

-Matteo basta de excusas, todo esta claro.-Dijo Simón deteniendo su monólogo.

-Es irónico que solo me busquen cuando necesitan algo.-Habló Matteo en cuanto Simón se retiraba. Logrando que el detuviera su paso, sin embargo Matteo hizo ademan de seguir, lo cual no cuestionamos.

-Es ahora donde te das cuenta porque te buscaban, y no era por amistad.-Dijo Gastón palmenado su hombro.-Pero ¿quién necesita un multitud cuando no hay lealtad?

-Lo sé, siempre fuimos los dos, solos y felices disfrutando de la vida.

Cuando finalmente encontramos a Luna, les dejamos su propio espacio, los cotilleos nunca me han gustado.

Sonidos de notificaciones inundaron mi móvil, y en esta ocasión no era mi madre, ni siquiera mi padre, mucho menos los seguidores de Felicity. Era Eric agradeciendo por haberle ayudado.

-¿Por qué tu móvil suena a cada 5 segundos?-Pregunto Gastón.-No me digas que tu mamá te tiene «controlada» de nuevo.-Dijo riendo.

El nerviosismo me inundó, sin embargo no debía temer, al fin y al cabo no eh echo nada malo.

Negué.-Es Eric... Esta agradeciendo el hecho de que lo haya ayudado a presentarse en el Open.

Hizo una mueca de disgusto.

-Pero mandar un mensaje diciendo gracias a cada 5 segundos, no te parece un poco fuera de lugar, con uno basta.-Comento un poco molesto.-Además ¿porqué no te lo dice en persona?

-No se, es tímido. Igual no hablemos de él.-Dije tratando de cambiar el tema, amaba verlo celoso, pero luego las cosas se salen de control. De solo recordar la última vez donde Gastón y Xavi tuvieron un encuentro, desee que no volviera a pasar.

-A ese chico le gustas...-Comencé a negar al ver por donde se destaban los hilos.-Es muy obvio.

-Gastón él solo es mi amigo y se lo deje muy claro desde el principio. No quiero hablar de él, quiero disfrutar de nosotros, no terminar discutiendo por patrañidades.-Le dije tratando de ser convincente.

-Esta bien tú ganas.-Sonrió y volvió a abrazarme, como lo ha echo desde que llegó.

Sus brazos. Ese era mi lugar.

Éramos como las piezas de un rompecabezas que encajaban correctamente, echas para estar juntos y resolver cada obstáculo, buscando siempre la solución en la pieza perfecta.

Abrazarlo se convirtió en algo mejor que un detalle.

Y envuelta en sus brazos me doy cuenta de que la espera valió la pena, no me detuve a pensarlo antes, querer a alguien de lejos se a convertido en lo más valiente del mundo. El lo más leal y sincero.

Desde entonces supe que no quiero a nadie más en mi vida, que no sea Gastón, me enseño tantas cosas, me mostró lo bonito de amar y ser correspondido, de enamorarse junto a la fiel compañera del amor: amistad. Porque asi empezó todo, siendo amigos que sufrían por un amor en el móvil, sin darnos cuenta de que esa persona estaba en nosotros.

-No puedo creer como he podido estar lejos de ti tanto tiempo.-Susurro en mi oído.

-Ni yo. Esto simplemente es perfecto.

Y así era como el escuchar sus latidos desenfrendados como la primera vez, al igual que los míos.

Simplemente somos adolescentes enamorados.

-Es que siempre es lo mismo Matteo.

-Cambie por ti, te dedique mis primeras canciones, deje la universidad en Oxford por ti, siempre te apoye con lo del patinaje cuando necesitaban de integrantes... Siempre estuve ahí y si eso para ti no fue amor, entonces no se que será. Pero me queda claro todo, cuando consiga el vídeo te darás cuenta de cuán errada estabas.

Escuchamos los gritos de ambos y sin querer fuimos participes de sus últimas palabras.

Y perder un amor por orgullo se convirtió en la manera mas cobarde de afrontar la situación.

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