Amor Sin Fronteras|Gastina|

[24] Vuelve |Maratón 3/5|

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Quererte es mirar una estrella y encontrarte en ella.
-Nacarid Portal.

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Te pienso y no hago más que eso.
Te extraño y mucho.

En estos momentos lo único que deseo es que la distancia desaparezca para siempre. Necesito verlo, tan siquiera unos minutos. Y abrazarlo como si la vida se me fuera en ello.

Me repito una y otra vez que no haga caso a aquellos que dicen, que mi relación con Gastón no tiene futuro y que hasta ahora solo ha sido suerte, creía que esa etapa estaba superada. Pero la gente seguía hablando sin pensar.

—Pero tu eres muy buena en el escenario Nina... Felicity.

Rei.—Me causa mucha gracia que me llames asi.

—Si bueno, para mi eres las dos. 

Negué, lo insite a que continuará, cantar no se le daba mal y no debería desaprovechar el talento que tiene, pero es un cabeza dura.

En cuanto terminó su pequeño ensayo se dirigió a la pista para continuar con su trabajo.

Y yo simplemente me dirigí a un lugar tranquilo, estaba frustrada, la situación me podía. Camine hasta la plaza, en busca de mi tranquilidad.

Mi móvil sonó de nuevo, esta vez atendí en cuanto supe quien era el que llamaba. Causando una aceleración enminente en mi corazón. Aún tenía ese poder.

—Hola Nina.

—¡Gastón!

—No tuve clases y quise aprovechar para hablar contigo.

—¿Que tal va todo?

—Muy bien, hemos llegado a los exámenes finales, si tengo suerte la próxima semana estoy allá, primero tengo que recibir mi boleta de calificaciones.—Suspire su vuelta cada vez la veo más imposible y menos certera.

—No importa creo que puedo esperar un poco más.

—Si por mi fuera mañana mismo estaría en Argentina.

—Eso sería maravilloso.

—Si, lo sería.—Tomo una pausa.—Te extraño ¿sabes?

—Yo igual y te necesito aquí conmigo, quiero que vuelvas y no te vayas más, quiero abrazarte...

—Me temo que si lo deseas con mucha fuerza se hará realidad.

—Lo he deseado tantas veces.—Dije suspirando.

—No creo que lo suficiente...

—Solo la luna sabe cuantas veces he mirado en su dirección pidiendo tu regreso.

—Quizás debería creerte.

Rodé los ojos, Gastón esta actuando demasiado raro para su propio bien. Frente a mi había un cercado que llamo mi atención, justo a un lado había un banco y me acerque para sentarme. O esa era mi intención.

—¿Por qué tengo la sensación de que estás actuando raro?—Del otro lado solo escuche risas.

Sin embargo lo que vi, fue inesperado.

Mi corazón volvió a latir desenfrenadamente. Sentí que las lágrimas volvían a mí.

NINA Y GASTÓN