Capítulo 15

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Narra Guido:
—Guido...ya son las seis— la vos dulce de Marielle me desperto, serena y cuidadosa. Apenas me tocaba la espalda con la llema de sus dedos. Al tenerla tan cerca me hice el dormido, solo para mirarla de reojo cinco minutos mas.
—gracias— me levante finalmente y volví a colocarme la remera.
—mi auto quedo en la casa de Gas, ¿no te jode alcanzarme hasta allá?— dije algo apenado.
—te va a quedar muy a tras mano, deja que te llevo al ensayo y me vuelvo al taller— se ofreció.
—no te quiero joder, estas a full trabajando— tenia varias obras secandose y una que estaba cubierta con una manta blanca.
—no pasa nada, dejame que te lleve...una cosa mas— deslizó la manta descubriendo lo que habia hecho; Me retrató mientras dormía —que me autorices a usar este retrato tuyo en la exposición...si es que no te molesta— sus mejillas se tornaron rojas.
—esta muy bueno, siempre es como raro ver estas cosas dirigidas a uno, pero no hay problema jaja usame— ambos reimos. Los ojos de Mari se clavaron en mi de una manera sexy, volvimos las miradas al suelo, arrepentidos de nuestras acciones.
—mejor vamos yendo— subimos a su auto y marchamos.
Narra Agus:
Miraba por la ventana esperando que Guido aparezca. Pato habia llegado hacia unos minutos y no perdía el tiempo.
—Marielle y Guido pegaron mucha onda, seguro se fue a verla a ella— cuchicheaba en mi oido.
—dejate de joder, es la novia de Gasty ¿no pensas un poco antes de hablar?— lo reté.
—no hace falta, mirá...ellos me dan la razón— vi a la ventana como el me dijo. El auto de Marielle se acercaba. Guido estaba en el asiento del acompañante riendo como si nada hubiera pasado. Luego se miraron. Ella le dijo algo y una sonrisa adorno su rostro. Bajaron los dos. Corrí escaleras abajo para recibirlo.
—Guido, me tenias preocupada amor— lo abrace y me correspondío.
—hola Agus, voy a ver a Gasty— saludo ella antes de irse.
—¿por que venís con ella?— interrogé.
—¿te molesta? Fui a ver a Gaston pero el se habia ido así que me quede con Mari en su taller— explico sin animos de pelea.
—¿pero tantas horas? No pensaste que me preocupo por vos— me sentia bastante mal.
—no te llame por que en caliente te iba a decir boludeces—

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