Capítulo 41

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Narra Marielle:
sus labios tocaron los mios...pero ya no hubo conexión, no hubo piel, no hubo nada.
—adios Gaston— pegue la vuelta y me fui.
Llegue a la casa, tome las maletas y guarde toda mi ropa, mis cosas. Sólo quería volver a mi taller en Valencia. Una vez que todo quedó listo me senté en el escritorio. Lápiz y papel en mano, lágrimas en los ojos y miles de recuerdos en la piel. Todos ellos me llevaron a escribir mi confesión, a declararme culpable de cada delito cometido. Tome la carta guardada en un sobre, con ella coloque una foto que amaba con el corazón pero que ya no podía ni debía conservar. Saque los primeros pasajes a España. Antes de partir tenía un pendiente por realizar. Pare el taxi en el hospital, baje allí y me encontré con Agus caminando a la entrada.
—¡Agustina!— la nombrada me miró entre sorprendida y enojada.
—¿que queres? Ya causaste demasiados problemas, gracias a vos Guido está luchando por su vida— recrimino con toda la razón del mundo.
—lo se, pero por favor escúchame...lo mejor para Guido es tenerme lo más lejos posible...me voy a ir para siempre pero por favor dale esto cuando despierte— le entregue la carta y me fui. Ahora quedaba en ella dársela o no.
Narra Guido
No sé cuánto tiempo transcurrió, cuanto estuve así, perdido entre el tiempo y la distancia. Sólo se que al despertar Agustina dormía junto a mi.
—¿donde estoy?— dije con la voz ronca. Ella me miró con los ojos muy abiertos.
—mi amor, por fin despertaste...estuviste tres meses en coma, pensamos que no volverías— dijo abrazada a mi cuerpo.
—¿Marielle donde está?— fue lo segundo que atine a preguntar. Poco a poco entraban en mi mente todas las escenas de aquella noche devastadora.
—ella...volvió a España...— abrió su cartera y me entregó un sobre con el perfume de la castaña.
—te dejo una carta antes de irse, me pidió que te la de cuando despiertes— tome el sobre, desdoble la carta dentro y comencé a leerla…

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