Capítulo 16

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Narra Guido:
La inseguridad de Agus hacia mi me hacia mierda. Ella era (hasta donde lo crecí) la persona que nunca pensaria que soy un gato, que jamas me fabularia un pasado desconocido.
—al menos lo hubieramos hablado, apenas conoces a Marielle ¿tanta confianza te da?— respondió sin prestar una miníma atención a mi pecho acelerado.
—si, por que no me juzga ya que no me conoce— era lo único que siempre quize. Alguien que no me juzgara. Que no juzgara ni a Guido ni a Armido.
—¿a caso yo te juzgó?— otra vez volviendo a lo mismo.
—la desconfianza es una forma de juzgar...entre nos, el desconfiado deberia ser yo ¿pero sabes que? Confío en tu amor— le di un beso en la frente y entré. Durante todo el ensayo no pude mirarla, sentía un fuego que me quemaba el pecho. Horas de ensayo después nos trajeron la agenda armada. 5 Vorterix, un viernes detras de otro. Sesiones intensivas de entrevistas, arrancando por la propia radio con motivo de estos shows claro esta. Tenia que aguantar, fuere como fuere. Salí a la terraza,  tome el teléfono, abrí la lista de contactos y marque el numero de mi amigo Nahuel. *llamada*
Guido: Nahu ¿como va?
Nahuel: todo tranqui ¿vos? ¿como andas con eso?
Guido: ahí, no se termina mas esta mierda, estoy por arrancar un mes intenso.
Nahuel: eso quiere decir que tengo que llevarte mas.
Guido: justamente, sabes a lo que me refiero.
Nahuel: ¿cuanto? No quiero que te zarpes.
Guido: lo suficiente para aguantar cinco shows seguidos.
Nahuel: eso es mucho, acordate los efectos secundarios.
Guido: si ya se todo eso pero no tengo otra forma, sabes que no puedo tirarme en la cama a tomar remedios y esperar que pase.
Nahuel: tampoco podes jugar con tu salud así.
Guido: esto no es un juego, es cosa seria ¿me lo vas a dar o no?
Nahuel: te hago la receta, pasa a mi consultorio a buscarla...que sea la ultima vez ¿entendido?.
Guido:si, gracias Nahu.
*corta y guarda el teléfono*
El aire fresco me hacia de broncodilatador. Sentía que podia respirar un poco mejor, aun cuando el estado de mis cuerdas vocales era deplorable. La garganta empezo a picarme provocando una tos intensa. Tanto, que no me dejaba respirar.
—¡Guido!¿que te pasa?— Marielle apareció...

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