Capítulo 38

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Narra Marielle
Llego el momento que tanto temiamos. Guido me abrazó, luego deposito un beso corto en mis labios. —¡Estas loco! ¡vos queres que yo te mate!— Gaston estalló en furia al vernos juntos.
—deja que te explique— Guido se puso delante mio, nunca vio a su hermano en un estado tan explosivo como este y al igual que yo, temía lo que pudiera hacer.
—¡que me vas a explicar! ¡pendejo malparido!— exprimio el cuello de la remera con ambos puños cerrados. Parecía que lo quería asfixiar.
—¡Gaston! Por favor para, no puede respirar— suplique sollozando. Algo en mis palabras o tal vez en mi expresión lo hizo recapacitar. Dejó que cayera en el suelo, masajeando su cuello con las manos, rogando por algo de aire. Sin embargo su arrebato de furia volvió al ataque. Levantó su cuerpo y golpeó su rostro, sin dejarle defenderse repitió su acción. Guido logró tomar sus brazos buscando calmar la bestia que despertamos.
—se que esto es imperdonable...se que te falle, que soy la peor basura pero entendeme...me enamore y no supe qué hacer, no te quería lastimar— quería que creyera en cada una de sus palabras, en las lágrimas que caían de sus ojos.
—que te perdone Dios, yo no lo voy a hacer...mi hermanito ya no existe— lo soltó y camino a la puerta. Guido insistió en ir tras él.
—...no digas eso...vos y Pato son todo lo que tengo...odiame, insultame, no me dirijas la palabra, no me mires, pero por favor...no me borres de tu vida— coloco la mano derecha sobre su hombro, quería detenerlo. Gaston volteo y lo empujo, haciendo que callera golpeando la cabeza contra la mesa de noche y diera al suelo.
—¡Guido! ¡hey! ¡Gaston, no reacciona!— sacudía su pecho, su rostro. No había caso. El instante de furia dio paso a la desesperación. Llamo a una ambulancia y sujeto su mano, cada vez más fría.
—por favor hermano, no me hagas esto— lloraba sin soltarlo. Un tsunami emocional arrasó a Gaston.
Los médicos vinieron y colocaron a Guido en una camilla, el paramédico encargado le practicó maniobras de reanimación.
—su pulso es débil pero respira— detallo antes de ordenar que sujetaran la camilla y lo subieran a la ambulancia.

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