Narra Athenea:
Aquella mujer rubia que estaba con Robbie debía de ser la tal Cat. Era la misma que habíamos visto el día antes en las puertas del programa de James Cordem, la que tenía prisa.
Agradecí que me devolviera mis cosas y me llevará a casa a pesar de que me ignorará mientras yo le gritaba, pero no entendía por qué quería saber mi nombre. Total, seguro que a las dos horas lo olvidaría.
Cuando volví a casa, eran las doce y media pasadas. Intenté entrar en casa en silencio y llegar hasta mi cuarto de igualmente, pero antes de llegar, vi a mi madre por el pasillo.
–Athenea. ¿No dormías en casa de Lisa?– Dijo confusa.
–Si, es que... tengo muchos trabajos y como supuse, ellas seguían dormidas cuando me desperté y decidí venir a estudiar un poco.
–¿Y tus cosas?
–En casa de Lisa. No recordaba donde las había puesto y no quería despertar a las chicas.
–Ay hija. Tú siempre pensando en los estudios. Deberías salir más, divertirte un poco, conocer algún chico...
–Quita, quita. No quiero oír hablar de chicos en una temporada.– Dije yéndome a mi cuarto.
–¿Y eso?
–Es que... no estoy de humor para hablar de eso, mamá. Hablaremos de esto otro día, ¿vale?
Entré en mi cuarto antes de que mi madre pudiera contestarme para que no se liara más mi historia. Cerré la puerta y me apoye en ella intentando asimilar todo lo que me había pasado esta mañana.
Lancé mi bolso sobre la cama y me quité la chaqueta de cuero que llevaba para ponerme algo más cómodo, y cuando ya estaba casi desmaquillada, Lisa me llamó al móvil.
–Hola Lis, ¿qué hay?
–¿Cómo que "¿Qué hay?"? ¿Donde estas?
–¿Yo? En mi casa.
–¿Y cuánto llevas ahí? Porque llevo llamándote al móvil toda la mañana y no contestabas.
–¿Has llamado también a casa?
–No. Sólo a tu móvil.
–Menos mal.
–¿A qué viene eso? Athenea, ¿qué pasa? Anoche no estabas en mi casa y ni Rose ni yo conseguíamos contactar contigo. ¿Estas bien? ¿Te han hecho algo?
–Si, si. Tranquila, estoy bien...
–No suenas muy convencida.
–Lisa, te juro que estoy bien. Sólo que... no es un tema que de deba hablar por teléfono.
–¡Hay dios! ¿Te han violado?
–¡No! Pero no quiero contártelo por teléfono.
–¿Merendamos esta tarde las tres?
–Vale. Nos vemos donde siempre a la misma hora.
–Vale...
No estaba segura de si quería contarles a las chicas lo que había pasado con Robbie, básicamente por que quería olvidarlo lo antes posible y para siempre.
Cuando estuve cómoda, cogí mi bolso y comencé a buscar mi cuaderno. Era un cuaderno especial que me regaló mi padre cuando era niña y cuando se murió comencé a usarlo para todo, como un diario, como agenda, para apuntar cosas importantes... Nunca me separaba de él, siempre lo llevaba encima fuera a dónde fuera. Pero esta vez, no la encontraba por ninguna parte.
No era posible, es decir, el bolso no era tan grande. Le di la vuelta por completo para vaciarlo y comenzaron a caer muchas cosas sobre mi cama: las llaves, pañuelos, caramelos... pero no estaba mi cuaderno, y entonces se me ocurrió una teoría.
–Como lo tenga él juro que...
Pero antes de que terminara, me sonó el móvil.
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Perfectamente imperfectos
FanfictionYo ya estaba acostumbrado a que todas las chicas del mundo gritaran y llorarán a mi paso, y ahora con la grabación de mi nueva película, pues más todavía. Pero a lo que no estaba acostumbrado hasta ahora, era a enamorame de verdad, o más bien, a ena...