Capítulo 24: Thomas nos persigue con un arma

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Narra Robbie:

Aquella noche, mientras cenaba en casa con Cat, me llegó un mensaje de Thomas que decía que le habían ofrecido una sesión de fotos en Levi's y le habían dicho que querían que Tom y yo también fuéramos. Se lo conté a Cat, ella habló con los de Levi's y les dijo que o hacia las fotos Álex o no había fotos.

–Hecho.– Dijo tras colgar el teléfono.– Mañana a las once te esperan los de Levi's para su nueva colección.

–NOS espera.– Corregí.– A Thomas, a Tom y a mi.

–Claro, perdona.

–¿A dónde tengo que ir?

–No te preocupes por eso. Termina de cenar y descansa.

Me gustaba cuando me salía trabajo en menos de cinco minutos, le daba más emoción.

A la mañana siguiente, me desperté a las nueve y media y mientras desayunaba Cat me trajo la ropa que tenía que ponerme: unos vaqueros azules, zapatillas rojas, una camisa del mismo color que las zapatillas y una camisa blanca que ponía free. "Qué irónico" pensé, tenía una camiseta en la que ponía "libre" y era justo lo que no era.

Me vestí y después Ben me llevó en coche ha... bueno, no tenía muy claro a donde íbamos, pero al final vi que habían montado la sesión en una especie de párking vacío. Al bajar del coche, vi a Tom y Thomas hablando con los de Levi's. Cada uno iba con una camiseta igual que la mía, solo que en la de Thomas ponia young y en la de Tom fly. Así debía de llamarse la nueva campaña: Young, Free, Fly, o algo por el estilo.

Hola chicos.– Dije acercándome a ellos.

–Bienvenido, Robbie. Soy Roy Adams, el encargado.

–Encantado señor Adams.– Le estreché la mano.

–Bien, he hablado con Álex sobre la sesión y ya le he explicado lo que necesitamos. Queremos ver a tres amigos divirtiéndose, pasándoselo bien, haced lo que haríais si no fuerais... famosos.

Los chicos y yo nos miramos entre nosotros y después Roy se marchó dejándonos solos.

–Adolescentes normales.– Dijo Tom mientras nos acercábamos al set.–¿Qué hacemos? ¿Comernos un helado sentados en un banco?

–No lo sé.

Entonces unos chicos de atrezo se acercaron a nosotros y dejaron un carrito de la compra junto a nosotros.

–¿Tenemos que hacer la compra?– Preguntó Thomas.

–Oh vamos.– Dijo Álex acercándose a nosotros.– ¿No sé os ocurre nada que hacer con un carrito?

–No.– Dijimos a la vez.

–Que pena. Tan guapos y tan ignorantes.– Dijo mirándonos, especialmente a Thomas y se marchó.

Thomas rodeó los ojos, después volvió a mirar al carrito. Tom y yo también lo hicimos, pero a nosotros se nos ocurrió algo. Nos miramos entre nosotros con una sonrisa traviesa, miramos a Álex y le hicimos una señal para que estuviera preparado.

Después, entre Tom y yo cogimos a Thomas en brazos y lo metimos en el carrito mientras pataleaba y preguntaba qué demonios nos pasaba. Tom se subió detrás de él para mantenerle dentro y yo me subí detrás y empujé el carrito.

–¡Estáis como una cabra!– Nos gritó Thomas.

–¡Eso es lo que quiero!– Escuchamos a Álex.

Empujé el carrito por todo el aparcamiento durante un rato y después fui contra una farola para asustar un poco más a Thomas pero paré antes de chocar.

–¡No volváis a hacer eso NUNCA!– Dijo Thomas todavía asustado bajando del carrito mientras Tom y yo nos reíamos.

–Ha sido buenísimo. Tenías que haber visto tu cara.

–Tom, no ha tenido gracia.

–Vamos Tommy.– Dije yo.– ¿Cuánto hacia que no te divertidas tanto?

–Habeis estado genial chicos.– Dijo Álex y nos trajeron unas pistolas de agua.– Ahora veamos qué tal se os da esto.

–Perfecto.– Dijo Thomas preparándose.– Ahora vais a comprobar lo que aprendí grabando La cura mortal. Os vais a cagar.

–¡Corre!– Grité y Tom y yo salimos corriendo, perseguidos por Thomas.

Estuvimos toda la mañana persiguiendonos los unos a los otros, jugando, comiendo... y casi sin darnos cuenta de que era una sesión de fotos.

–¿Hemos terminado ya?– Le preguntamos a Álex cuando ya solo hablábamos sentados en el suelo.

–Sabéis que podría tirarme toda la vida sacándoos fotos, pero creo que ya tengo suficiente material.

–Guay.– Dijo Tom y nos levantamos.– Oye, ¿vamos a ir a ver Revolution al cine?

–¿Quieres ir?– Le preguntó Thomas.

–No sé. He pensado que después de como nos lo hemos pasado hoy, sería divertido ir al cine.

–No nos dejarían ver la peli en paz.– Dije.– ¿No ves que somos los protagonistas y que las salas estarán llenas de fans?

–Bueno, pues hacemos una cosa.– Dijo parándose delante de nosotros y sacando el móvil.– Ponemos un tweet en el que diga que vamos al cine y quién nos encuentre tendrá derecho tantas fotos y autógrafos como quiera si nos dejan ver la peli en paz. Cómo una caza del tesoro.

–Y nosotros somos el premio.– Dijo Thomas.

–Exacto. ¿Jugáis?

–Yo me apunto.– Dije y miramos a Thomas.– Puede ser divertido.

–Sabéis que esto puede salir fatal pero... venga, vale. Juguemos.

Perfectamente imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora