Narra Athenea:
Salí de la universidad con las gafas de sol puestas y me despedí de mis amigas cuando vi a un chico con gorra, gafas de sol y apoyado en un árbol que le daba la sombra. Sonreí un poco y después me acerqué a él.
–¿No es un poco arriesgado?
–¿Ves que tenga miedo?
–A veces dudo de si eres consciente de tus locuras.
–Todo el tiempo.– Dijo pasándome el brazo por los hombros y comenzamos a andar hasta el coche.
–¿Qué tal tu mañana?
–Si te digo que he tenido una sesión de fotos con Calvine Klain, ¿cómo te quedas?
–¿Enserio? Eso mola mucho.
–Si, ¿y tú?
–Mucho trabajo.
–Pues ahora desconectamos un poco. Estoy seguro de que te encantará este sitio.
Robbie y yo fuimos en coche hasta el centro de la ciudad y bajamos justo en frente del restaurante.
–Parece un restaurante normal y corriente.
–Si, pero donde yo puedo venir tranquilamente.– Dijo quitándose las gafas.
Nos sentamos en una mesa para dos y pedimos la comida. La trajeron bastante rápido a pesar de que había bastante gente y cuando terminamos, Robbie estaba muy gracioso, parecía el típico momento de "mirando a la nada, pensando en todo", así que decidí sacarle una foto.
–¿Qué haces?– Me preguntó.
–Una foto.
–¿Acaso no hay suficientes fotos mías en internet?
–No como esta.– Me reí.
–Me alegro de que te diviertas a mi costa.
–No te enfades, anda.– Dije guardando el móvil.
–No me enfado.– Sonrió.– Por cierto, esta tarde trabajo. ¿Quieres venir a casa a estudiar? Luego podemos cenar juntos.
–Vale, si.– Sonreí.
Tras terminar de comer, salimos del restaurante y tuvimos que esperar a Ben unos minutos. Ambos recabamos para que no le reconocieran mucho, pero de repente, vi que por la esquina de la calle, Jace venía hacia nosotros.
–Besame.– Dije girándome hacia Robbie.
–¿Tienes algún motivo en especial?
–¡Calla y bésame!– Dije cogiéndole del cuello y besándole.
Hice aquello porque no me apetecía lidiar con el idiota de Jace en ese momento, pero cuando me separé de él, vi que estaba esperando junto a nosotros.
–¿Te pasa algo?– Le preguntó Robbie.
–Me pasa que te estás pegando el lote con mi ex en mis narices, tío.
–Ya, pero es que ahora es MI novia. ¿Lo pillas?– Dijo y vi que Ben estaba delante de nosotros.
–Robbie, sube al coche. Yo ahora voy.
–Si te hace algo, grita y salgo.
–Si, vale, pero entra al coche.
Robbie miró por última vez a Jace y después entró al coche dejándonos solos.
–¿Cómo es que sales con la estrellita está?
–¿Tienes algún problema?
–Te lo dije el otro día. Quiero volver.
–Que pesado... ¡Yo no! Tengo novio, superalo.– Dije intentando entrar al coche, pero Jace me agarró del brazo.
–Athenea podemos ser felices. Vuelve conmigo.– Dijo sonando más como una orden en vez de como una petición, pero antes de que pudiera contestar, Ben bajo la ventanilla.
–Señorita Grace, ¿algún problema?
Antes de que pudiera contestar, Jace me soltó algo asustado por el tamaño de Ben.
–No, no. Ninguno.– Dije subiendo al coche.– Que te den.– Le dije a él.
Ben nos llevó a ambos a casa de Robbie mientras yo le explicaba mi patética relación con Jace y cuando llegamos, ni siquiera apagó el motor, ya que Robbie tenía que irse enseguida.
–Si necesita algo, puedes llamar a Alicia y en cinco minutos estará aquí. Ahora tengo que irme.– Dijo y me dio un besó.– Adiós, te quiero.
Robbie salió medio corriendo de casa. Yo me acomodé en el salón y comencé a hacer deberes.
Estuve toda la tarde haciendo deberes, trabajos y proyectos hasta que escuché las llaves de la puerta, y pensando que era Robbie me levanté de golpe a recibirle, pero en vez de verle a él, vi a Cat acercándose.
–Oh, eres tú.– Dije con asco al verla.
–Yo también me alegro de verte. ¿Qué haces aquí?
–Robbie me ha traído para que pueda hacer deberes mientras él trabaja. Por cierto, no debe de faltarle mucho, ¿no?
–No. De hecho, debe de estar a punto de llegar, por eso estoy aquí. He venido a hacer un trato.
–¿Un trato?– Dije cogiendo mi móvil.– ¿Quien eres ahora? ¿Doctor Strange?
–Calla y escucha.– Dijo quitándome el móvil y dejándolo sobre la mesa.– Tu quieres que la carrera de Robbie siga adelante, ¿no?
–Pues claro.
–Entonces, o le dejas o haré que su vida laboral sea un infierno.
–¿Cómo? ¿Pero tú no estás aquí para ayudarle en eso?
–Lo hago por su bien.
–Mira, no voy a dejarle después de todo lo que hemos pasado. ¿Está claro?
–Bueno entonces no tendré más remedio que decir que abusa de sus empleadas.
–¿Qué?– Dije sorprendida y puso cara de pena.
–Me tenía amenazada desde que empecé a trabajar con él. Día tras día, abuso tras abuso... me tenía completamente aterrorizada.– Dijo como si estuviera actuando.
–No serás capaz.– Dije con rabia al ver que iba enserio.
–Es que le hundo la vida. Y todo el dinero que ganaré con ello. Es un plan perfecto.
No podía creer lo que me estaba diciendo. Aquella mujer había estado con Robbie toda la vida y estaba dispuesta a arruinarlo todo.
–¿Qué tengo que hacer para que le dejes en paz?
–Así me gusta.– Sonrió.– Coge un papel y escribe lo que yo te diga. Después, desaparece de su vista, no le cojas el teléfono, no le abras la puerta... ¡nada!
–Vale.– Dije en un suspiro.– Pero prométeme que no le arruinaras la vida.
–Prometido. Y ahora escribe.– Dijo dándome un papel y un boli.
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Perfectamente imperfectos
FanficYo ya estaba acostumbrado a que todas las chicas del mundo gritaran y llorarán a mi paso, y ahora con la grabación de mi nueva película, pues más todavía. Pero a lo que no estaba acostumbrado hasta ahora, era a enamorame de verdad, o más bien, a ena...