Narra Athenea:
No sabía si llevar a las chicas a ese callejón era una buena idea o el inicio de un desastre, pero estaba harta de guardar tantos secretos con ellas. Eran mis amigas y se merecían saber que conocía a su amor platónico.
Las chicas me siguieron hasta el callejón sin hacer ninguna pregunta hasta que llegamos, y no había nadie.
–¿Cual es la sorpresa?– Dijo Lisa.– ¿Un atraco?
–Ya deberían estar aquí...
–¿De quién hablas?
–Ahora lo veréis.– Les dije y después me giré de nuevo hacia el callejón.– ¡Eh! ¡Ya estamos aquí! ¡Podéis salir, no hay peligro!
–¿A quien llama? ¿A animales en peligro de extinción?
Ignoré el comentario de Rose y seguí mirando al callejón, hasta que de una puerta medio oculta, salieron los tres cada uno con una gorra, gafas de sol a pesar de ser de noche, sudaderas y vaqueros. Era casi imposible reconocerles si no te quedabas mirándoles fijamente mucho rato.
–¿Qué está pasando?– Dijo Lisa ahora más asustada.
–¿Podéis quitaros... todos eso?– Dije señalando sus caras.– Las estáis asustando.– Después me giré hacia mis amigas.– Vosotras intentad no gritar ni desmayaros, ¿vale?
Miré a los chicos y retrocedí hasta quedarme junto a mis amigas, unos pasos más atrás incluso por que conocía a mis amigas. Los chicos se quitaron las gafas con cuidado y después las gorras dejándose ver.
–Hola.– Dijo Robbie levantando una mano.
A mis amigas les faltó la respiración en el momento en el que sus cerebros procesaron aquella información y por poco se caen de espaldas. Por eso me puse tras ellas, para cogerlas antes de que se cayeran. Las miré en cuanto las conseguí poner derechas y parecía que sus ojos estaban deseando salir de sus cuencas y que sus mandíbulas estaban a punto de desencajarse.
–¿Eh... están bien?– Preguntó Thomas.
–Oh, si. Sabía que esto pasaría. En tres... dos... uno...
–¡Oh Dios mío!– Dijo Rose.– ¡Eres Robbie Kay!
–¡Y tú Tom Holland!– Dijo Lisa.
–¡Y Thomas Brodie Sangster!– Dijeron a la vez.
–¿Esto es real?– Preguntó Rose mirándome.
–Tan real como la vida misma.
–Athenea nos pidió que viniéramos a conoceros.– Dijo Robbie.
–¡Pero cállate!
–¿Que os pidió?– Lisa me miró.–¿Cómo?
–Supongo que ya no tiene sentido seguir ocultándolo.– Miré a Robbie.– Y me da igual lo que me digas, así que voy a contárselo.– Las chicas se miraron y luego volvieron a mi.– El día que fuimos al show de Cordem, aquí el amigo, me dio con una puerta.– Dije y señale a Robbie.– Me llevó a su casa y... bueno, cada vez que he desaparecido, él tenía la culpa.
–¿Vosotros dos...?
–¡No!– Dijimos a la vez.
–Bueno... no está claro el tema.– Dijo Tom y Thomas le dio un golpe en la cabeza.
–Cállate. Siempre hablas de más.
–Yo es que estoy flipando un poco.– Dijo Rose y río nerviosa, pero paró cuando escucho sonar mi móvil.
–Oh, oh. Es mi madre.
–¿Ella sabe algo de esto?
–Que va. Así que callaos todos.– Dije amenazante y descolgué.- Hola mamá.
–Hola cielo, ¿donde estas?
–Dando una vuelta con las chicas.
–Ah, vale. Te llamaba para decirte que me ha salido un catering en Carson City, así que estaré todo el finde fuera.
–Ah, bueno, vale. No pasa nada.
–¿No te importa quedarte sola?
–No, tranquila mamá. Sabes que el trabajo es lo primero.
–Gracias cielo. Tengo que colgar, nos vemos. Te quiero.
–Buen viaje, mamá. Yo también te quiero.– Colgué.
–¿Qué pasa?– Me preguntó Lisa.
–Que mi madre se va todo el finde.
–¿Enserio?
–Si.
–¿Y... qué hacemos ahora?
–¿Habéis cenado?– Dijo Robbie de repente.
–No.
–¿Y os apetece?
–A mi no me importaría cenar.– Dijo Thomas.
–Ni a mi.– Añadió Tom.– Os invitamos.
–¿Queréis invitarnos a cenar?– Preguntó Lisa sonriendo.
–¿Por qué no?– Robbie se rió.– Vamos, conocemos un sitio increíble.
Los chicos comenzaron a andar pero antes de ir con ellos, Rose me agarró del brazo para decirme algo:
–Este es el mejor regalo que nos has hecho ¡nunca!– Me dijo Rose contenta.
–Así no tengo que lidiar con esto sola.
–¿Venís o no?– Dijo Robbie.
–Ya vamos, ya vamos...– Dije y mis amigas y yo les seguimos.
![](https://img.wattpad.com/cover/142381910-288-k466681.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Perfectamente imperfectos
FanficYo ya estaba acostumbrado a que todas las chicas del mundo gritaran y llorarán a mi paso, y ahora con la grabación de mi nueva película, pues más todavía. Pero a lo que no estaba acostumbrado hasta ahora, era a enamorame de verdad, o más bien, a ena...