Narra Athenea:
Había trabajado durante todo el finde en el Starbucks casi sin descanso. Había tenido tanto trabajo que solo volvía a casa para dormir y apenas tenía tiempo para hacer deberes.
Mi madre había vuelto el domingo a la noche de Carson City. Me contó que había estado genial y les había dado una pequeña comisión por que todo hubiera salido mejor de lo que esperaban. Durante toda la semana, mis amigas estaban algo raras, como si esperarán a que pasara algo, pero no me dijeron nada.
El miércoles, el profesor que teníamos las últimas dos horas, no vino, así que salimos antes. Estuve en la biblioteca hasta que me llegó la hora de ir a trabajar. Trabajé hasta que Emily vino a hablar conmigo.
–Oye At, estos días estas trabajando mucho y muy duro.
–Es que el trabajo me distrae de todo en lo que pienso.
–¿Por qué no te tomas el resto de la tarde libre?
–¿Qué? No necesito la tarde libre.
–Venga ya, Athenea. Sé que estudias y trabajas todo a la vez. Vete a casa y descansa un poco. Sólo por esta vez.
–¿Seguro que no me necesitáis?
–Podremos apañarnoslas.– Sonrió.
Fui a la sala de empleados y dejé mi uniforme y recogí mis cosas. Salí del local pensando en lo que me dijo Emily: "descansa un poco". Como si eso fuera a servirme de algo. Llevo casi toda mi vida con esta rutina. ¿Por qué debería cambiarla?
–Eh preciosa, ¿necesitas compañía?–Escuche al salir. Me di la vuelta pensando en que el único que me llamaba "preciosa" era un imbécil al que no quería recordar, pero ahí estaba.
–Jace Harris. Creí que te había dicho muy claro que te fueras a la mierda.
–Ya, pero paso.
–¿Qué quieres?
–Volver.
–¿Estas de coña?
–He venido hasta aquí para pedírtelo, te echo de menos.
–Ya, no me digas. ¿Y no será acaso que se te han acabado las chicas a las que engañar?
–Pues...
–Pero mira que eres imbécil.– Dije dándome la vuelta para seguir mi camino.
–¡Espera!
–¡Como me sigas hasta casa pido una orden de alejamiento!
Cuando llegué a casa, mi madre todavía no había llegado, aunque no me extrañaba ya que todavía era pronto. Me quité la ropa y me puse algo más cómodo como un chándal y una sudadera. Me fui al salón pero cuando me senté en el sofá, sonó el timbre. Supuse que sería Jace así que me levanté y fui echa a una furia hacia la puerta.
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Perfectamente imperfectos
FanfictionYo ya estaba acostumbrado a que todas las chicas del mundo gritaran y llorarán a mi paso, y ahora con la grabación de mi nueva película, pues más todavía. Pero a lo que no estaba acostumbrado hasta ahora, era a enamorame de verdad, o más bien, a ena...