Capítulo 37: Cuento la verdad de una vez

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Narra Athenea:

Cuando llegué a casa, mi madre estaba en la cocina, así que intenté aparentar estar lo más normal posible, a pesar de que acababa de darle un beso en la mejilla a Robbie. Ni siquiera supe por que lo hice, simplemente tuve la necesidad de hacerlo, y sé que es raro y que hace una semana hubiera potado por ello, no sé qué me pasó.

–Buenas noches cielo.– Dijo mi madre apenas sin mirarme.

–Hola mamá.

–¿Qué tal la manifestación?

–Mejor de lo que esperaba... si.

–No me han llamado de la comisaría, así que me alegro.

–Y yo...– Si no llega a ser por Robbie sí que hubiera recibido esa llamada, y hubiera sido horrible.

–Bueno, la cena ya casi está, así que no te alejes mucho.

–Muy bien.

Me puse ropa cómoda para estar más cómoda y después fui a cenar. Durante la cena no podía dejar de pensar en el momento en el que besé a Robbie en la mejilla. Se repetía una y otra vez como si fuera la escena de una película. Y cuando me fui a la cama, me repetía una y otra vez: "¿Pero que has hecho?" Ahora no sabía si me arrepentía de lo que había hecho o no.

A la mañana siguiente, intenté pensar en todo menos en aquello y me fui a clase intentando distraerme.

–Buenos días.– Me dijo Lisa cuando nos juntamos.

–Hola chicos.

–Se te ve feliz.– Me dijo Rose.

–Como siempre.

–No, como siempre no.– dijo Ethan.– Rose estaba así de contenta cuando la besé por primera vez.– Las chicas se giraron bruscamente hacia mi.

–¿Qué has hecho?– Dijo Lisa.

–Nada.

–¿Robbie tiene algo que ver?

–No. No, no. Para nada.

–Uy, uy, uy... cuatro negaciones seguidas.– Dijo Rose.– Esto me huele a secreto amoroso.

–Cuéntanos que has hecho.– Dijo Lisa y entonces sonó el timbre.

–Timbre. Qué pena. Tengo que ir a clase.– Dije saliendo medio corriendo.

Estaba segura de que si no sabían de sobra lo que había pasado, lo habrían deducido. Pero sino, acabaría contándoselo de todos modos, pero a la hora de la comida.

Me pasé toda la mañana intentando pensar en cómo contarlo, pero solo se me ocurría decirlo sin más, y al final acabó pareciéndome la mejor opción.

A la hora de la comida, cogí la comida en la cafetería y fui a la mesa donde nos solíamos sentar siempre, y allí estaban, esperándome.

–A ver.– Dije al sentarme.– Tengo que contaros algo, pero tenéis que prometerme que no montaremos una escena.

–Montaremos una escena si no nos lo dices. ¡Habla de una vez!– Dijo Lisa.

–Muy bien. Ayer estuve que Robbie y yo...– Antes de que pudiera terminar, me sonó el móvil. Miré la pantalla y reconocí el número de Robbie aunque todavía no lo tuviera guardado.– Tengo que cogerlo.

–¿Es tu amante?

–Ya le gustaría.– Dije saliendo de la cafetería para contestar ya que no quería que toda la universidad se enterará de que Robbie me estaba llamando y como a esa hora los pasillos estaban vacíos, salí a uno de ellos.

Hola.

–Hola.

–Hola– Se rió.

–Vale, eso ha sido lo más estúpido que has hecho. Y mira que has hecho cosas estúpidas.

Perdona.

–¿Qué quieres?

–Yo... quería hacerte una pregunta.

–Debe de ser importante, porque sino no, hubieras venido a buscarme al salir de clase.

Si, si que lo es. Este viernes voy a una fiesta y me preguntaba si... ¿querrías venir conmigo?

–¿Contigo? ¿A una fiesta... cómo si fuéramos pareja?

No, solo... cómo amigos. Ya sabes, pasearlo bien un rato y eso...

¿Y tienes alguna razón en especial para invitarme? Porque no se qué voy a pintar encima fiesta llena de celebrities.

Tu solo... ven conmigo, porfa. Te prometo que te lo pasaras genial.

–¡Peo si nunca he dio a una fiesta como esa!

Tranqui. Fiona se ha ofrecido a ayudarte. ¿Qué me dices?

Pensé detenidamente en lo que Robbie me estaba pidiendo, en lo que pensaría la prensa, mi madre, mis amigas... Y luego recordé como me sentí al besarle la mejilla.

–Vale. ¿A qué hora tengo que estar ahí?

–Ben te pasara a buscar sobre las cinco y te traerá para que te prepares. ¿Te parece bien?

Si, claro. Perfecto.

–¡Guay! Nos vemos el viernes.

–Si.– Sonreí y después colgué.

Cuando me di la vuelta para volver a la cafetería, vi a las chicas y a Ethan delante de mi esperando una respuesta por mi parte.

–¿Y bien?– Dijo Ethan con un tono un poco burlón.

–Sin secretos. ¿Recuerdas?– Dijo Rose.

Tenían razón. Ya no podía alargar más esto.

–Creo... creo que tengo una cita con Robbie.

Perfectamente imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora