Capítulo 28: Mi hermana me trae una sorpresa increíble

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Narra Robbie:

La cena había salido mejor de lo que esperaba, incluso a pesar de que metí la pata cuando Athenea dijo que era vegetariana y que casi la echan a ella y a sus amigas del local.

Sus amigas también me cayeron genial, eran muy simpáticas y muy diferentes a Athenea. Después de la cena, las llevamos a casa después de pasar la mejor noche de sus vidas, pero cuando fuimos a llevar a Athenea, me di cuenta de que se quedó dormida.

–¿Y ahora que?– Dijo Thomas.

–La despertamos.– Propuso Tom.

–Tío, ¿cómo vamos a despertarla? parece estar agotada.

–Pues ya me dirás qué hacemos. No tenemos sus llaves ni sabemos qué piso es.

–¿Y qué quieres? ¿Entrar por la ventana?

–Yo podría.

–Parad ya los dos.– Dije yo.– La llevo a casa y mañana la traigo.

–¿Y vas a arriesgarte a que la vea Cat?

–¿Qué va a hacer? ¿Castigarme?

–Es tu mánager Robbie. Puedes meterte en problemas.

–Tranquilo Tommy. No va a pasarme nada.

Ben llevó a Tom y a Thomas a su casa y después a la mía. Al llegar cogí a Athenea a en brazos y la subí a casa.

Ya era tarde y no había nadie en casa, así que me tocó abrir la puerta, encender las luces y llevarla hasta la planta de arriba solo y con ella en brazos. La llevé hasta mi cuarto y la dejé sobre la cama, me quedé mirando la un momento y pensé que igual está vez no se tomaba bien el que le dejara una camiseta para dormir si se enteraba que estaba yo solo, así que la deje dormir y yo me fui a dormir a uno de los cuartos de invitados.

A la mañana siguiente, me desperté antes que ella y lo primero que hice fue mandarle un mensaje a Alicia para que hoy no viniera para nada, quería que la menor gente posible supiera que Athenea estaba aquí.

Aunque no lo pareciera, sabía manejarme en la cocina por lo que no me costó mucho hacer el desayuno para dos y cuando escuché pisadas en las escaleras supe que Athenea se había despertado, así que fui a buscarla.

–Buenos di...– Dije al verla pero anterior antes de que pudiera terminar, me pegó un bofetón.– ¡Au! ¿Pero que haces?

–Pedazo de idiota, ¿qué hago aquí otra vez?

–Te quedaste dormida, ¿no te acuerdas?

–¿Y no pudiste despertarme?

–Lo siento, ¿vale? Parecías cansada.

–Eso no me vale. Llévame a casa.

–Desayuna algo por lo menos. Se te escuchan las tripas por toda la casa.

Athenea se agarró un poco la tripa, sabía que estaba muerta de hambre, se lo notaba en la cara, así que la lleve conmigo a la cocina y desayunamos en silencio, algo un tanto incómodo.

–¿No te pones camiseta?– Me dijo de repente.

–Me gusta dormir así, ¿te molesta?– Dije poniéndome una chaqueta de chándal.

–No, no. Es sol que parece que vas por ahí, presumiendo de cuerpo ante la primera tía que te traes a casa.

–Eh, eh, eh. Quieta ahí porque para empezar no te traje aquí en ese sen...– Dije y el timbre me interrumpió.

–Abre. Haz de buen anfitrión por una vez.– Dijo mientras comía una tostada.

–¿Podré terminar alguna frase hoy...?– Dije casi en un susurro.

Fui hacia la puerta y en cuanto abrí, quienquiera que estuviera fuera se abalanzó sobre mí y me abrazó. Al principio me quedé un poco en shock pero luego respiré hondo y reconocí el inconfundible olor de la colonia de mi hermana Fiona y la abracé.

–Eh, hola.– Dije sin soltarla.– Te echaba de menos.

–Y yo a ti.– Se separó.– Por eso he venido. ¡Tengo una sorpresa!– Dijo entrando.

–¿Sorpresa? ¿Qué sorpresa?– Dije siguiéndola pero entonces Athenea salió de la cocina con una taza de café y se nos quedó mirando.

–Vaya... Robbie, no me habías dicho que tenías novia.

Athenea comenzó a reírse como nunca antes había escuchado reírse a nadie y cuando consiguió calmarse un poco le pegó un trago al café.

–Es lo más gracioso que he escuchado en mi vida. ¿Quien es esta tía?

–Eh... Esta "tía" es mi hermana, Fiona Kay.

–¿Enserio?– La miró de nuevo.– Se ha llevado todos los genes buenos. Me cae bien.– Dijo y volvió a la cocina.

–¿Robbie, quien es esa chica? ¿Y que hace en tu casa?

–Es largo de explicar... ¿Tomamos un café esta tarde y te lo explico?

–En realidad, no puedes.

–¿Yo? Pero si tengo la tarde libre.

–No. Es parte de mi sorpresa. Me envía Wess: ¡Esta tarde empiezas a grabar Eternal mañana!

–¿¡Qué!?

–¿Y adivina quién tiene tu guión?– Dijo enseñándomelo.

–¡Fiona esto es increíble!– Dije cogiendo el guión.– Eres la mejor hermana del mundo.

–Ya lo sé. Esta tarde te toca estudiar, así que me lo contarás en otro momento. Pero me lo contarás.

–Si, si.

–En realidad es muy mona.

–¡Fiona!

–Es broma. Sabes que me encanta hacerte rabiar.– Me revolvió el pelo.

–¿Robbie?– Escuchamos y nos dimos la vuelta para ver entrar a Cat en casa.

–Mierda.

–¿Qué pasa?– Preguntó Athenea entrando y las tres se quedaron calladas mirándose entre ellas.

–Bueno, pues ya estamos todos.– Sonreí un poco.

Perfectamente imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora