Capítulo 47: Descubro el secreto de Lisa

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Narra Athenea:

Mi madre estaba esperándome despierta en el salón para que le contara todo acerca del viaje. En cuanto me vio me abrazó tan fuerte que parecía que iba a morirme.

Le conté todo acerca de mi viaje nada más llegar, pero a mitad de la historia, empezó a entrarme sueño y me di cuenta de que mañana tenía clases y trabajo, así que me fui a la cama.

A la mañana siguiente me levanté, me vestí, desayuné y me marché a la uni. Por el camino, todo el mundo me miraba, era realmente incómodo, pero no podía hacer nada.

–Ahora entiendo lo de las gafas de sol.

Cuando llegué al instituto, Lisa y Rose estaban en la puerta y cuando las vi, todas corrimos a abrazarnos.

–¡Cuánto os he echado de menos!

–Y nosotras a ti.

–¡Cuenta, cuenta!– Dijo Rose.– ¿Qué tal con tu chico?

–Mejor de lo que esperaba, la verdad. Y por favor, no le llames "mi chico", es un tanto incómodo. No es de mi propiedad.

–Pwro es la verdad...

–¿Habéis hecho algo?

–Hemos hecho muchas cosas pero no lo que piensa, mente sucia.– Dije dándole unos golpecitos en la cabeza a Lisa.

–¿Pero como iban a hacer nada? Era la casa de sus padres, ¿no?

–Claro que si. Pero Tom vive solo...

–¿Eh?– Dijo Rose.

–¿Cómo sabes lo de Tom?

–Robbie me ha regalado un móvil nuevo. Y he hablado con él esta mañana.

–¿Pero qué ha pasado?

–Que esta se ha tirado a Tom Holland.

–¡Ssshhh!

–¡¡Qué fuerte!! ¿¡Cuándo!?

–El puente...

–¿Pero no te ibas a San Francisco?

–No. Me he ido... a casa de Tom...

–Que fuerte.– Me reí.

–No digáis nada a nadie.

–¿Pero vais en serio?– Le preguntó Rose emocionada.

–Puede. No sé. Me gusta y le gusto.

–Que bonito es el amor.

–Dijo la que está enamorada del mejor amigo de Tom.– Dijo Lisa.– Por cierto, creo que Thomas está libre.– Le susurró a Rose.

–Ya, pero yo tengo novio.– Le susurró ella.

–Ya...

Entonces sonó el timbre y nos fuimos a clase. Mucha gente, y cuando digo mucha, me refiero a muchísima gente, me preguntó sobre lo mío con Robbie. Demasiadas para mi gusto, pero bueno, sobreviví a un día más en la facultad. No era el peor día que había tenido.

Por la tarde, fui a trabajar donde todos mis compañeros volvieron a hablarme de Robbie. Incluso Emily me pregunto por él.

A mitad de la tarde, yo estaba en el mostrador, cuando un grupo de chicas bastante serias y se acercó.

–Hola chicas, ¿qué os pongo?

–Furiosas.– Dijo una.

–¿Disculpa?

–Deja en paz a nuestro niño.

–¿Vuestro niño?

–Robbie.– Dijo una como si fuera obvio.– Aléjate de él o sufrirás las consecuencias.

Aquello me hizo gracias incluso. Eran chicas que no pasarían de los 15 años, y me estaban amenazando. Dejé la baso vacío que tenía en la mano a un lado y me apoyé en la barra.

–Mirad chicas, no voy a discutir, sobre todo por que fue él quien me pidió salir a mi. Así que si alguien tiene que dejar a alguien, que lo haga él.– Me crucé de brazos.– Y ahora o pedís algo o dejáis de hacer cola.– Dije y me di la vuelta para coger un baso para el siguiente.

–Robbie no se merece a una maldita negra como tú.– Dijo la que estaba delante de las otras dos.

Me di la vuelta muy despacio hacia ellas. Hubo gente que había escuchado aquello, tanto clientes como algunos de mis compañeros. Dejé todo encima del mostrador y salí hasta encontrarme con ellas de frente a frente.

–¿Qué acabas de decir?

–Que no se merece a alguien como tú. Ni siquiera para que le hagas los baños.

–Fuera. Ya.– Dije cada vez más furiosa.

–¿O que? ¿Qué vas a hacernos? Si todo te lo hace él.

–Ya estoy harta.– Dije cogiéndola del brazo.– Fuera de aquí.

–No me toques.– Dijo mientras forcejeaba para soltarla y al final, se cayó, o la empujé yo. Me daba igual, solo quería que se fueran.

–¿Qué está pasando?– Dijo Emily acercándose.

–Estas niñas se han puesto a insultarme.

–¡Y ella nos ha pegado!

–¿Qué? ¡Serás mentirosa, niñata! ¡Solo quería que se marcharán!

–Esa no es escusa para pegarlas.

–¡Qué no las he pegado! Emily, créeme.

–¿No decías que el cliente siempre tiene la razón?

–¡Serás hija de...!

–¡Athenea, ya basta!– Me dijo Emily muy seria.– Lo siento, recoge tus cosas. Estas despedida.

Perfectamente imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora