—Buenos días mamá.
—Buen día Jared, aquí está tu jugo de naranja— dice, dejando el vaso cerca de mi cama, justo en el mueble de alado.
Lo único que puedo y tengo que hacer es lucir tranquilo, relajado aunque haya una chica debajo de mi cama escondida con todas sus pertenencias. Sin que mi madre se de cuenta, limpio el sudor de mis manos con la manta de mi cama. No había pensando en lo que pasaría, simplemente actué por impulso y ahora estoy aquí, rogando por no ser descubierto. ¿Qué pasaría si mi madre se diera cuenta? ¿Cuál sería su reacción? Vaya, no quiero ni imaginarlo.
—Date prisa, hoy tienes que estar muy puntual en el colegio— se sienta junto a mi y los latidos de mi corazón aumentan considerablemente.
—Sí, no te preocupes— sonrío ocultando todo mi miedo y hablando lo mejor posible para no hacerla enojar, espero no ser tan obvio. — Descuida, me irá bastante bien.
—Lo sé, ¡hoy ganarás!— expresa, con mucho entusiasmo. Nada de presión, claro. —Bien, tengo que ir al trabajo, hoy llegaré un poco tarde al concurso pero estaré ahí.
—Sí mamá— asiento hacia ella.
Ya vete, ya vete. Sigo sudando, sigo tratando de respirar normal pero se está dificultando. Puedo sentir que en cualquier momento me gritará que lo sabe todo, que Lia esta debajo de mi cama... ¿cómo pude imaginar que podría engañar a mi madre?
—Tú abuela estará ahí— dice. ¿Por qué habla tanto?
—Okay, sí... está bien.
Se levanta y está por salir, siento la presión irse de mi cuerpo pero regresa tan rápido como veo a mi madre darse la vuelta para mirarme. Ojalá pudiera saber lo que está pensando, que es lo que pasa por su cabeza.
—¿Invitarás a tu amiga?— pregunta, curiosa.
—¿Qué amiga? Montse no...
—No, sé que Montse no está aquí, me refería a Ophelia.
Tan rápido como pronuncia su nombre siento mi corazón latir al mil por segundo y tanto mis manos como mi nuca comienzan a sudar, mucho más que antes. ¿De verdad he hablado tanto de ella que hasta recuerda su nombre? Su pregunta me toma por sorpresa pues no esperaba que la mencionara.
—Mamá, no... ya...— me levanto de la cama y la obligo a que salga.
—No te pongas nervioso, está bien, te gusta esa chica hijo...
—Mamá, no digas eso por favor.
Oh no madre, ¿de verdad que tenías que decirlo? ¿Justo ahora? Cuando espero que seas esa madre seria y que nada más le importa la escuela. A este punto ya siento mis orejas ponerse calientes al igual que mi cuello. ¿Por qué justamente hoy tuvo que sacar ese lado de mamá molesta?
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Agridulces Palabras
Teen FictionHay días en los que crees que la vida no tiene nada importante para ti, no lo ves, hasta que te sucede. Esta es la historia de dos chicos que se conocieron por casualidad. Jared; amante de las palabras, fiel a la realidad. Ophelia; sueños y fantasí...