002 Inmarcesible

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—¿Podrías dejar de comer cerca de mi oído? Por favor

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—¿Podrías dejar de comer cerca de mi oído? Por favor.

—Oh si, si, lo siento.

—Está bien, sólo no hagas mucho ruido.

—Claro— asiente energéticamente, mi nueva amiga.

Nunca conocí verdaderamente el significado de distracción hasta ahora; Ophelia muy cerca de mi, mirando mis hojas de estudio mientras come más de esas galletas de chocolate, las recuerdo muy bien pues me regaló una cuando nos conocimos, hace tres días. Y por si fuera poco el sonido de mi celular cada vez que recibo un mensaje, seguramente de mis amigos Sebastián y Montse pues en estos días no hemos hablado, al menos no tanto como solíamos hacerlo hasta hace un par de semanas.

—Alguien en verdad quiere comunicarse contigo—habla Ophelia al mismo tiempo que mastica el último trozo de galleta.

Claramente puedo ver como una migaja sale volando de su boca para caer en mis hojas.

Tranquilo Jared, no te alteres.

—Ups, perdón— ríe avergonzada mientras quita el resto de comida que quedó pegada.

—Como sea, no creo que esto funcione— murmuro más para mi mismo que para ella.

No puedo más, me voy a ir a casa, estar aquí perdiendo el tiempo no me beneficiará en nada además si mi madre me viera, ya me hubiera dado por muerto. En estos tres días no he estudiado las horas necesarias.

Estoy listo para dar mi mejor excusa de olvidehaceralgo pero mis palabras se quedan estancadas en la punta de mi lengua cuando volteo a verla; su mirada sigue siendo lila y aún no puedo explicarme como es que eso es real, su cabello se ondea majestuosamente al ritmo de la brisa que nos envuelve como una manta y esa pequeña sonrisa apenas visible. Ni siquiera está hablando pero puedo escuchar el susurro del viento combinado con su voz diciéndome no te vayas.

Y no me iré.

—¿Quieres que caminemos un poco?— pregunto, aún mirando sus ojos, aún bastante curioso e intrigado por el color. No puedo dejar de admirarlos.

—¡Sí! la verdad es que ya me había cansado de estar sentada.

Se levanta de su lugar y dando brinquitos comienza a andar. ¿Cuántos años me dijo que tenía?

El parque es demasiado grande, demasiado verde, con demasiados colores y es tan bonito como para tener a muy pocas personas transitando por aquí, en cambio prefieren ir al cine que esta cerca de aquí, o a esas tiendas buscando las mejores ofertas. Y a la reciente sala de videojuegos que se llena de adolescentes ahora que estamos de vacaciones.

Es lamentable que ahora las personas disfruten más la vida viendo un par de pixeles que admirar la naturaleza. Pocas veces nos damos cuenta de lo extraordinario aunque esté frente a nosotros.

Agridulces PalabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora