Hay días en los que crees que la vida no tiene nada importante para ti,
no lo ves, hasta que te sucede.
Esta es la historia de dos chicos que se conocieron por casualidad.
Jared; amante de las palabras, fiel a la realidad.
Ophelia; sueños y fantasí...
Segunda recomendación musical: Resurrect & Nocturne in Paris de Tony Anderson <3
044 Epílogo ; Avenoir
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Heaven es uno de nuestros restaurantes favoritos, además de que ofrecen comida nacional e internacional, el servicio es increíble. Aunque para nuestra billetera no lo es tanto. Sin embargo, con el pequeño descuento que Montse nos consiguió no hay mucho de que preocuparse. De hecho, no hay porque.
Cuando llegué al restaurante preguntando por la reservación, me llevé con la sorpresa de que nuestra mesa era nada más y nada menos que en la terraza, toda nuestra para nosotros cinco. Sabía que podía reservarse, sin embargo nunca imaginé que yo tendría la oportunidad. No iba a gastar miles de pesos en algo así. No porque mi familia no lo valiera, sino porque no cuento con los recursos suficientes. Soy universitario, ¿qué esperaban?
—Te pasaste, Montse— le digo, una vez que ella ha entrado. Fui el primero en llegar, sólo pasaron unos minutos más para que comenzaran a llegar los demás.
—¿De qué?— sonríe inocentemente, como si no supiera de lo que le estoy hablando —. Bromeo, no te preocupes, sólo quería que fuera una linda noche para todos.
—Vamos Montse, querías lucirte— responde Sebastián entrando detrás de ella.
Ella no puede ignorar el comentario de nuestro amigo, no responde ni parece darle importancia aunque si puedo percibir molestia en su mirada. Sebastián cree que ha sido gracioso pero concuerdo con Montse, no fue nada chistoso. Aunque, no es por defenderlo ni mucho menos pero ya ambos sabemos su humor y comentarios por lo que no seguimos su juego.
—Dejaré aquí mi regalo, ya vuelvo— Montse se acerca a la mesa para dejar una gran bolsa de color rosa pastel para después pasar por la puerta de cristal corrediza que lleva justo al interior de Heaven.
Cuando pasa justo a lado de Seb, lo ignora totalmente como si el chico no estuviera ahí. Conozco a Montse, creo que ese comentario le afectó más de lo que imaginamos los dos.
—Ya deja de molestarla— le digo una vez que ella está lo suficientemente lejos.
—O quería lucirse con su prima.
—¿Habrá algún día en el que dejes de molestarnos?
—Está bien... ay ya cálmate— se rinde, soltando una risa como si la situación hubiera sido divertida —. ¿Oye no crees que te ves muy formal?
—¿Tú crees?— respondo mirando mi atuendo.
—Un poco, pero luces bien— dice pero con eso bastó para hacerme sentir incómodo —. ¿Si invitaste a alguien?
—No, Sebastián.
—Luego no digas que no te advertí, chiquito.
Esas palabras dictan lo que para nosotros es una batalla, los golpes comienzan a salir disparados uno contra otro. En el momento en que abren la puerta, Seb tiene su brazo alrededor de mi cuello, con el otro suelta algunos golpes en mi estómago mientras yo trato de escapar, siempre fue más fuerte que yo.
