Miradas vacías, rotas y llenas de decepción. Lagrimas en los rostros de las personas que más me han querido, quienes no he valorado. Han dado todo por mi, ¿y qué he hecho yo? Traicionarlas de la peor manera, tirando a la basura todo su esfuerzo.
—¿Ya me dirás la verdad?— mi madre está tan pálida como la nieve, lo único que tiene color son sus ojos rojos.
Ha llorado mucho. Por mi culpa.
—Ya no eres el mismo de antes Jared, has cambiado... por ella— al otro extremo de la habitación veo a Montse, está tan furiosa como nunca la he visto antes. También ha llorado mucho. Por mi culpa.
Nos descubrieron. Nuestros intentos por ocultar la verdad a mi familia y amigos se han desvanecido como un castillo de arena, no duró tanto como habíamos deseado. No podíamos esperar que esta fantasía durara para siempre.
—Después de que despierte la llevaremos a la estación de policía para que encuentren a su familia.
No mamá, no lo hagas.
Está sola.
Quiero decírselo pero ninguna palabra sale de mi boca, es como si me hubieran quitado las cuerdas bucales y no puedo emitir sonido alguno. Estoy desesperado, todo lo que haga ahora será inútil.
A mi espalda puedo seguir escuchado a Montse y a mi madre llorando, se sienten traicionadas y con justa razón. Mi abuela no dice nada pero ni siquiera me ha mirado y eso es mucho peor, me parte el corazón. Y frente a mi veo a una Lia muy débil, está dormida y parece no descansar. Leves movimientos de cabeza y ceño fruncido me indican que algo en sus sueños la atormentan, pero tampoco puedo acercarme a ella, ni las manos ni pies reaccionan a mis peticiones, simplemente estoy mirándola sufrir, al igual que a las otras tres mujeres más importantes de mi vida.
Sus palabras me duelen, ver a Lia así me duele. Pero duele aún más saber que no podré ayudarla a regresar con su familia.
Si tan sólo n...
—Jared, Jared.
Unos leves movimientos en mi brazo me sobresaltan.
Estaba soñando... todo fue una pesadilla.
Froto mis manos en mi cara para despertarme completamente, asegurándome que esta es la realidad y nuestro castillo de arena sigue en pie.
Sí, está de pie, ninguna ola ha podido alcanzarlo. Por ahora.
—Creo que estabas teniendo una pesadilla, por eso te desperté— me dice Lia, quien está sentada en su cama.
Poco a poco los recuerdos regresan a mi mente, fue como si se hubieran tomado un descanso de mi tormentosa cabeza. Rebobino la cinta para saber lo que pasó horas atrás; Lia se desmayó. Sebastian la llevó hasta su habitación mientras yo veía lo que ocurría. Él se fue y agradeció la cena. La abuela cuidó de Lia. Yo seguía observando la escena sin acercarme tanto. Mi madre llegó y la abuela le contó lo que ocurrió. Mamá dijo que la llevarían al doctor si no se sentía bien por la mañana. Por fin hablé y me ofrecí a cuidar de ella mientras ellas descansaban. Lia seguía durmiendo. Yo tomé una silla y me senté junto ella. Me dormí...
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Agridulces Palabras
Ficção AdolescenteHay días en los que crees que la vida no tiene nada importante para ti, no lo ves, hasta que te sucede. Esta es la historia de dos chicos que se conocieron por casualidad. Jared; amante de las palabras, fiel a la realidad. Ophelia; sueños y fantasí...