Tal y como acordé con Betty, la mujer a cargo de este hotel, me desperté a las 7:00 am para comenzar con este pequeño trabajo que como paga, nos descontaría la mitad de nuestros gastos mientras estuviésemos hospedados aquí. No esperaba que fueran más de dos días pero ahorrar mucho o poco importaba demasiado.
A decir verdad, no es para nada costoso pero mientras más dinero tengamos en nuestros bolsillos es mucho mejor.
Sin que Lia se diera cuenta, salí de la habitación, recién bañado y listo para iniciar con los deberes que debía de completar al final del día. Este era mi primer trabajo, sin mencionar el que tuve por un mes en el restaurante de Irene, la hermana de Sebastián.
Ese trabajo comparado con este no era nada, en aquel simplemente servia platos, lavaba de vez en cuando y limpiaba mesas. Nunca una gota de sudor cayó de mi frente, en cambio aquí, si juntamos todo el sudor que ha emanado de mi cuerpo, creo que fácilmente podría llenar una cubeta. Asqueroso, lo sé. Tomar la decisión de bañarme muy temprano no fue la mejor. No sabía que esto requería tanto esfuerzo.
Primero inicié con algo sencillo, barrer los corredores que habían en cada piso. La primera planta, el segundo y tercer piso. Sencillo. No tardé tanto, al cabo de unos quince minutos ya no había nada de polvo. A eso de las 7:30am, Betty me presentó a las dos mujeres que trabajan con ella en el aseo, Dolores y Paloma.
Hoy fui el asistente de ambas. Ellas se encargaban de hacer una limpieza completa de todas las habitaciones que estaban en uso, mientras que las otras sólo era una limpieza superficial, como la llamaban ellas. Yo no veía la diferencia entre una y otra.
Me encargué de traerles todo lo necesario; agua, cubetas, trapos, escobas y todo lo derivado a herramientas de limpieza. No suena tan complicado pero lo fue, teniendo en cuenta que Dolores estaba en el piso dos y Paloma en el tercero, ambas gritaban mi nombre cuando necesitaban algo. Escucharlas no era un problema, dado que la estructura de este lugar tiene una forma de cuadrado, dejando el centro para un pintoresco jardín, lleno de flores de todo tipo con varias mesas para que los huéspedes puedan tomar sus alimentos ahí. Demasiado agradable, si vienes como turista a disfrutar el lugar.
Al finalizar esta tarea, mis labores no acabaron. No tardé en limpiarme el sudor con mi brazo cuando vi a Betty acercase hasta mi para asignarme la siguiente tarea.
Quiera quejarme, pedirle un descaso pero no lo haría. Esta mujer prácticamente nos esta dejando dormir y comer aquí gratis. Un suspiro sale de mi boca, descansar tendrá que esperar.
Hoy realmente valoré dos cosas; el trabajo de las mujeres que trabajan de empleadas domésticas y lo mucho que cuesta llevar dinero al hogar. No puedo creer que esto lo hacen diario por quien sabe cuantos meses o incluso años. Siempre me habían enseñado a ayudar en casa pero nunca una tarea fue tan difícil como esto.
A pesar de todo el cansancio, he podido notar a lo largo del día como toda la gente que trabaja aquí lo disfruta enormemente. Desde Paloma y Dolores hasta los jardineros, cocineros. El trabajo es pesado, el calor no ayuda mucho pero aún así ellos tienen una sonrisa en su rostro y hacen sus tareas de la mejor manera.
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Agridulces Palabras
Roman pour AdolescentsHay días en los que crees que la vida no tiene nada importante para ti, no lo ves, hasta que te sucede. Esta es la historia de dos chicos que se conocieron por casualidad. Jared; amante de las palabras, fiel a la realidad. Ophelia; sueños y fantasí...