capitulo 13

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POV Wyatt

No puedo creer que Amelia tenga una familia así, yo tampoco lo hubiera soportado.

Me arrepiento de haberla dejado sola con estas personas , ella no merece esto, tal vez cometió errores, pero eso no justifica la indiferencia de sus padres.

De ahora en adelante yo soy el que la va a proteger cueste lo que cueste, si lo acepto, estoy enamorado de ella, para que negarlo, ahora solo me enoja que el idiota se meta, el puede tener el derecho de ver a su hijo cunado nazca, pero solo eso, no a Amelia.

Ella es hermosa, no se como la pudo rechazar, es diferente en muchos aspectos, a otra personas mujeres que siempre me comen con la mirada, ahora que lo pienso ella hizo lo mismo cuando me vio, pero me gustó cuando ella lo hizo y eso es lo más importante.

Estoy enamorado de ella, si lo acepto, no se como sucedió, ni porque sucedió, pero no soy capaz de hacerle daño, aunque este esperando un hijo de otro hombre, me da igual, la quiero por como es, solo espero que ella me corresponda, o que el famosito hijo de papi no se meta.

Le acaricio su cabello rojo, sus mejillas están sonrosadas del llanto, sus ojos un poco acuosos e hinchados, pero aún así, se ve totalmente hermosa.

Su aroma a fresas desprende de su cuerpo, me mata que haya pasado por todo aquello, se que aún no la había conocido, pero no puedo soportar imaginándomela sola, dolida, sin nadie a su lado, excepto su hermano y su loca amiga que ahora se encuentran graves, pero eso a sus padres parece no importarle.

Solloza en mi pecho y me siento desesperado, no se que palabras decirle para que se sienta mejor, eso me hace sentir inútil.

Cuando para, sus grandes ojos marrones me miran, y sus labios me dan una sonrisa tímida y avergonzada.

— ¿Cómo te sientes?- preguntó suavemente quitándole un mechón de cabello de la cara.

Ella se encoge de hombros, me recriminó por mi pregunta tan estupida, es obvio que se siente mal, casi pierde a su bebé, y su hermano y amiga están mal.

—Tranquila no tienes que contestarme— al ver que no salían palabras de su boca.

Ella me mostró una gran sonrisa, y se abalanzó sobre mi, tomándome por sorpresa.

Yo solo reía a carcajadas, me encantaba verla tan espontánea y libre.

—¿Donde está mi hamburguesa?—preguntó con el ceño fruncido cuando se separó, se estaba enojando al no tener su preciada comida, pero para mi solo hacía que se viera más tierna.

—Aquí está, princesa— digo tendiéndosela, ella frunce más el ceño, ¿Qué hice ahora?

—¿sólo una? — preguntó cruzándose de brazos, sabía que se iba poner así, por eso siempre vengo preparado.

Saco de la bolsa otras dos hamburguesas y se la doy, ahora no está enojada, está súper feliz al tenerlas.

— ¿y tu que comerás? — pregunta cuando ya acabo, no lo puedo creer, en tan poco tiempo se comió todo eso.

— nada, ya comí — digo dándole una sonrisa, siempre que estoy con ella no puedo dejar de sonreír, apuesto que parezco un idiota.

— ¿Hay noticias nuevas? — se a que se refiere, no quiero contestarle, ella no puede tener emociones fuertes. Al ver que no le respondo se adelanta — por favor dime la verdad — dice apunto de llorar. Maldición, no puedo verla así.

Sólo quiero... *terminada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora