Capítulo 36
El jardín esta lleno de gente. Todos vinieron para la presentación de mi hija a la comunidad de la empresa, esto es como una monarquía, siempre pasa al primogénito. No lo hicieron antes, ya que necesitaban mi aprobación, pero de igual manera lo iban a hacer, mi hija es la única que queda. El resto de la familia no tiene nada en contra, bueno, o eso dio el padre de Eric.
Mi pequeña tiene un pequeño vestido dorado con rojo, lo que hace que alumbre totalmente, su cabello rojizo o esta suelto con sus preciosos rizos, no sé a quien sacaría la forma de su cabello, ya que yo no tengo el cabello rizado, pero supongo que alguien de la familia de Eric sí.
- ¡Mami! – grita mi pequeña. Mi corazón se acelera cada vez que dice esas palabras, es inigualable el amor que le tengo. Ella y Wyatt me cambiaron totalmente, son mi razón de vivir.
- Hola, pequeña princesa – digo recibiéndola en mis brazos por parte de Wyatt. El siempre la vive consintiendo, sin duda es la niña de sus ojos.
- Quiere salir un rato con la abuela – me dice. La miro con lo ojos entrecerrados, ella de una vez pone cara inocente, sin duda es igual a su madre, o sea, yo.
- Esta bien – digo besándole la carita una y otra vez, pero aun así ella no se queja, solo ríe, es una total consentida, pero es nuestra consentida, y es que, quien se podría negar a lo que ella dice.
.....
Una vez que Helena y la señora Francelena se fueron la casa quedo sola, se supones que unos días vendrá mi padre.
Nuestra platica por teléfono, fue algo conmovedor según Wyatt, que no dejaba de abrazarme cuando hablaba con el llorando. Mi hombre es perfecto.
Mi mirada se dirige al cielo, algo dentro de mi piensa que Eric nos esta viendo, que cada noche al ver las estrellas, esta mirando con una sonrisa a su hija, es muy extraño, pero así lo siento, se que el esta presente y la está cuidando.
Aun no le hemos dicho nada a Helena sobre su padre, esta muy pequeña todavía, pero sé que algún día se lo tendremos que decir, solo espero que no rechace a Wyatt, y se vaya con su abuelo, ese es mi mayor miedo, que ella cambie totalmente, y se convierta en algo que no le enseñamos; que algún día la vanidad le gane, y nos deje, ya que prácticamente tiene dos grandes empresas en su poder. No quiero perderla tan pronto, quiero que ella sea diferente.
- ¿En que piensas? Que estas tan distraída – Pregunta Wyatt abrazándome por detrás. Su calor me reconforta, me calma, aleja todos los miedos que llegan a invadirme, así es el, mi héroe.
- En lo mucho que te amo – digo volteándome y quedando petrificada ante su mirada azul, siempre que lo veo es lo mismo, desde el primer día.
- Hare que te creo. Yo te amo más – dice uniendo nuestros labios en un dulce beso, como si fuera la primera vez que lo hacemos, se siente como esas películas, donde besas al chico que amas y empiezan a sonar los juegos artificiales, aparecen rosas cayendo del cielo. Aunque no se vea así, lo importante es que siente.
El beso se empieza a tornar mas apasionado, aun no sé si puedo hacer esfuerzo, pero me he sentido mejor, así que al carajo.
Con la respiración agitada le logro quitar su camiseta, dejando al aire esos músculos que me vuelven loca.
- Algún día me mataras – dice tomándome en brazos sin dejar de besarme.
Siento que mi corazón se me va salir del pecho, aun mas cuando me dejo sobre la cama y se subió encima de mí, apoyando sus brazos a los lados de mi cuerpo, me estaba fallando la respiración, su boca en ningún momento abandono la mía, haciendo que la excitación creciera cada vez más.
Con una rapidez me quita mi blusa y sostén, donde rápida mente ocupo su lugar con besos.
- Wyatt – gimo fuertemente sin poder contenerme. Me siento morir lentamente, su boca hace maravillas.
- Eres preciosa – dice beso tras beso, a la vez que me quita mi pantalón. Me está volviendo loca.
- Si quieres que me detenga solo dilo – dice viéndome intensamente. ¿En serio está diciendo esto? – es que no te quiero lastimar – agrega excusándose.
- Hazlo – a penas puedo pronunciar entre jadeos, es un maldito. Sus dedos cada vez bajan más a mi entrepierna, y aun así pensaba que le iba a decir que no.
- ¡Mierda! – digo cuando sus dedos llegan al punto de placer.
- Esa boquita – susurra sobre mi boca. Sin pensarlo lo vuelvo a besar e intento quitarle sus pantalones, algo torpe, pero lo logro. Saca sus dedos y pega me pega a se cuerpo, donde puedo sentir perfectamente su gran erección, a lo que vuelvo a gemir. Mi calentura cada vez sube más, como si eso fuera posible, ya que estoy ardiendo.
Ya cuando quedamos desnudos, sin detenerse, se hunde en mí. ¡Maldición! Como es que puede hacerme sentir todo esto.
- ¡Hola! ¿Qué... ¡Mierda! ¡Par de cochinos! – dice cerrando la puerta de golpe. Pero, aun así, Wyatt no se detiene, hasta que alcanzamos el clímax los dos juntos.
- ¡Me las va a pagar! – grito cuando sale de mi totalmente.
- Es mi culpa, no puse el pestillo – dice arropándome con las sabanas, para después acostarse al lado mío.
- Pero aun así es una entrometida, ¡No esta en su casa! – digo furiosa.
Wyatt solo ríe ante mi cambio de humor, pues claro, hace unos minutos estaba gimiendo de placer y ahora estoy enojada. ¡Pero quien no lo estaría!
- Eres adorable cuando te enojas – dice viéndome con ternura y adoración, y así mi enojo se va.
- Eres incorregible.
......
- ¿Lo pasaron bien? – pregunta Cinthya una vez que bajamos a la sala.
Es una maldita a la que quiero golpear sin parar, puede ser mi mejor amiga, pero a veces me saca de mis casillas.
- ¿Sabes? No me gusta escuchar como se lo metes a mi hermanita, agradece que tenía audífonos. – dice James mirando mal a Wyatt. Mi hermano es un celoso.
- Debiste tocar – le reprocho a Cinthya.
- Pero llegue en el mejor momento – dice soltando la carcajada – cuando te lo mete – agrega aun riendo – Ya se porque dejaron a su hija con su abuela, querían tener un momento a solas, y nosotros que pensamos que estaban aburriditos, pero ya que. Ya estamos aquí, y ahora la aburrida soy yo.
- Pues así te quedaras, porque no te quiero ver – le digo enojada. Wyatt me da un apretón a mi pierna para que me calme, algo que funciona...solo por un segundo.
- ¡Ay tranquila! Te juro que no le vi las nalgas a tu novio – y esa fue la gota que derramo el vaso.
- ¡¿Se las viste?! – pregunta un James enojado, y yo pongo una sonrisa de satisfacción.
- ¿¡Qué?! ¡Claro que no! Yo no soy así – todos la miramos – okey, está bien, solo se las vi un poquito. Pero te juro que las tuyas son mejores. - dice mirando arrepentida a James, quien al escuchar lo último sonríe. Es un completo egocéntrico. Quiero decirle que son mentiras, pero eso hará que se enoje.
Estos dos nunca van a cambiar.
¡Perdon por la demora!
Quiero decirles que estoy un poco decepcionada, es que tengo mas de trescientos vistos en cada capitulo, y los votos no pasan de 60, por favor cada voto y comentario es una motivacion para mi. yo nunca pido un total de votos para subir otro capitulo, porque no me gusta, pero aun asi, necesito de su apoyo.
Por favor, tambien necesito que me ayuden con la historia de Un giro inevitable en litnet, donde el link esta en Noticia.
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Sólo quiero... *terminada*
ChickLitAmelia es como todas las chicas, puede ser un poco rebelde, pero es la hija favorita de sus padres, la cual nunca parte ni un plato. Pero de una pequeña mentira, puede salir algo bueno ¿verdad? Ella ira a una fiesta, una muy grande, en la cual se qu...