Capitulo 15| Editado

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Capítulo 15

Me despierto alarmada, otra vez la misma pesadilla, con mi hermano y Cinthya, esto ya es frustrante, ellos aún no despiertan, y la incertidumbre crece cada vez más.

Ya han pasado dos meses desde el accidente, mi vientre ha crecido un poco, igual que mis antojos, pero el que tiene que sufrir más es Wyatt, quien es el que me los tiene que dar.

No me quiero levantar, me da flojera, desde que empecé el segundo mes de embarazo todo me da pereza, pero sé que, si no me levanto, Wyatt vendrá y me bajara de la cama, así sea en brazos, es muy malo.

— ¡Buenos días, a la mujer más hermosa del mundo! — sonrió inconscientemente, a pesar de que a veces soy un grano en el culo, Wyatt siempre me consiente.

— Hola — digo aun sonriendo como una boba, me debo ver fatal, creo que aún tengo baba por fuera, y mi cabello es un total desastre, pero, aun así, Wyatt viene y me da un corto beso.

Se sienta delicadamente en el orillo de mi cama, y me acaricia la cara, todas las mañanas son así, él no se puede quedar a dormir en mi cuarto, porque Francelena se lo prohibió, pero según ella era por el bien de nuestra relación, ya que, no podíamos ir tan rápido, aunque no la entiendo, ya salí embarazada, que otra cosa podría pasar.

— Hoy vamos ir a ver a tu hermano ¿estás bien con eso? — una parte de mí se alegraba por ver a mi hermano, pero la otra, solo se llenaba de miedo al pensar que nunca se podría levantar de aquella cama. Pero asentí de acuerdo.

— Bueno, entonces a levantarse perezosa — dijo mirando con una tierna sonrisa. Solté un gruñido y volví a meterme entre las sábanas.

Él soltó una carcajada, pero no dijo nada, ay no, eso solo significa algo. Me paro de un brinco de la cama y me dirijo rápidamente al baño refunfuñando.

— ¡Tienes 20 minutos! — grito, solté un fuerte gruñido en respuesta, pero solo recibí más risas por parte de él.

Mis emociones han aumentado demasiado, ahora no puedo disimular que estoy triste, porque ya estoy echa un mar de lágrimas, a veces no sé de dónde salen tantas.

Cuando salgo del baño, ahí en mi cama, hay un hombre súper sexy, mirándome con una hermosa sonrisa, y con unos brillantes ojos azules.

Lo ignoro.

Me dirijo hacia el armario
— ¿Aún estás enojada? — estoy de espaldas, por lo cual, no puedo verlo, pero puedo a apostar a que está haciendo un puchero, no me volteo porque sé que, si lo hago, caigo en sus brazos.

— Necesito que salgas — digo sería, ahora cuando me enojo, tampoco lo puedo disimular, pero no me importa.

— ¿Si no quiero? — siento su respiración en mi nuca, mierda, a qué horas llego aquí. Pero, aun así, hago mi Matos esfuerzo y no me volteo.

Trago duro, creo que se escuchó.
— Ten...tengo que alistarme — le digo nerviosa, adiós mi enojo, siempre pasa, ahora soy una bipolar.

Él gruñe en respuesta, y empieza a darme cortos besos en cuello, yo feliz, inclino mi cabeza hacia el lado opuesto, mostrándole más mi zona sensible. Gimo cuando encuentra aquel punto, estoy perdiendo los sentidos, o sea, estoy en toalla, y con mis hormonas al tope, con Wyatt dándome besos, es una terrible y satisfactoria situación.

Pero gracias al cielo, mi celular nos interrumpe.

Volviendo a mis sentidos, me separo de la tentación y me dirijo a contestar.
Es del hospital, por favor que nada allá pasado.

Sólo quiero... *terminada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora