capitulo 20

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La luz del sol se filtra por las ventanas del cuarto de Wyatt, haciendo que mis ojos ardan, anoche no dormí casi nada, bueno se imaginaran por que fue, pero espero que se repita, y se que lo hará.

Me volteo para ver mejor a mi novio, se siente tan bien pensar que es mi novio, solo mio. Sus ojos aun cerrados, su facciones tranquilas, se ve tan hermoso, inconscientemente dirijo mi manos a su cara, acaricio su mandíbula, sus nariz, sus parpados.

Instintivamente dirijo mis labios a los suyos, son tan suaves, y me encanta la sensación que me transmite al hacerlo, todo es perfecto en él. Cuando me corresponde el beso se que ya esta despierto, por lo cual me separo y sonrió.

Sus ojos  azules enfocan los míos, y por instante me pierdo en ellos, en ese profundo mar azul que me atrae.

- Buenos días, mi princesa - sonrió de oreja a oreja, me encanta que me diga así.

Justo cuando le voy a responder, siento un ácido en mi garganta, mierda

Me paro rápidamente y corro en dirección al baño, ni siquiera me había dado cuenta de que estaba desnuda, cuando el vomito empezó a salir de mi. Esto es lo peor de estar embarazada, en cualquier momento te puedes llegar a marear o vomitar, y lo peor de todo volverte loca por las hormonas, y no comer pizza, porque por algún motivo a mi exigente hijo, ¡no le gusta!

  Mi garganta arde, pero las arcadas no paran, de mis ojos salen algunas lagrimitas. Me siento débil, ya no siento mis piernas.

Wyatt viene al lado mio y se agacha, sus grandes manos me empiezan a acariciar los hombros, pero no me avergüenzo, o sea, ya estoy acostumbrada, el siempre que me siento mal, viene y me acaricia, no es que me quite la debilidad, pero se siente reconfortarte, como si tu cuerpo ya supiera en quien recostarte.

Cuando por fin dejo de vomitar, me intento parar, pero no puedo, mis piernas flaquean.

- ven - dice Wyatt a la vez que alza, se dirige a la bañera, que ahora esta llena, supongo que la abrió, mientras yo empezaba a vomitar, seguro ya se lo esperaba, solo le agradezco a la vida o al destino que lo haya puesto en mi camino, sin  él, en este momento estaría sola, ya que mi hermano ahora debe estar desesperado... ¡Cinthya! maldición, me olvide por completo de ella, ¿ya la habrán encontrado? solo espero que si, no soportaría saber que sigue perdida.

Él me baña delicadamente, me acaricia, me lava el cabello, aunque creo que es un poco malo para, porque sin darse cuenta me cayo un poco de champú en los ojos, ya que creyó que to tenia una gran cabeza que traspasaba mi frente, se vio tan arrepentido cuando noto que me estaba ardiendo, pero disimule un poco el ardor, no quería hacerlo sentir mas culpable.

Me ayuda a cambiar, aunque ya me siento mejor después del baño, pero eso no lo tiene que saber, hay que aprovechar, de todos ya no siento tanta vergüenza, ya me vio desnuda.

Tocan a la puerta, menos mal que ya estoy cambiada, sin embargo no me he arreglado, ¡oh por Dios! no me llaman a mi, sino a Wyatt, y debe de ser la señora Francelena, la cual se va a enojar si me ve acá, ya que ella ordeno que teníamos que llevar la relación de una manera lenta, para que no haya perjudicados mas adelante. Peeero las cosas no se dieron así, pero eso no significa que nuestra relación vaya a fracasar, mas bien se estaba tardando, desde la primera vez que nos vimos, los dos sentimos una conexión, eso no se acaba así por así.

Cuando Wyatt abre la puerta no es la señora Francelena quien esta tras ella, es... Eric. Estoy enojada con él, no se si es que le tiene rabia a mi hermano, porque el sabe que James gusta de Cinthya, es que se le notaba, pero el tan egoísta, la iba a besar.

Cuando Wyatt esta apunto de tirarle la puerta encima, Eric la detiene con la mano

- Puedo explicar lo de anoche, no mi culpa - dice rogando - solo quiero hacer las cosas bien, por favor - termina.

Sólo quiero... *terminada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora