capitulo 34
Los giros inesperados en nuestra vida son los que nos ayudan a seguir luchando, aun cuando ya no hay fuerzas. Son los que nos mantienen de pie, ya sean malos o buenos, siempre es inevitable sentirse perdido, porque es aquello a lo que nadie esta preparado, algo fuera de la rutina, que lo puede cambiar todo. Pero nunca es el final, o tal vez, depende de uno mismo si seguir, o quedarse ahí, de igual manera nadie nos puede juzgar, ya que aquel giro inesperado, es muy difícil de pasar. Es algo que lo cambia todo.
Eso me ocurrió a mí. Cuando me entere que estaba embarazada, lo primero que pensé, fue que me aceptaran, sin embargo, nada sale como uno lo imagina, esos son los giros inesperados, aquellos que cambian el rumbo de todo.
La vida te enseña muchas cosas, eso está más que claro, pero lo difícil es aprenderlas. Las personas por lo general siempre caen en los mismos errores, incluso cuando se juraron así mismos, no volverlos a cometer, pero así es el ser humano. Lo importante de esto, es que yo aprendí desde la primera vez, donde aquel giro me golpeo fuerte, pero aun así no me caí, seguí luchando hasta el final.
Durante mi camino hacia lo desconocido, tuve en cuenta muchas cosas, como por ejemplo no confiar en nadie, pero falle. Me fue inevitable no sentir cariño por esas dos personas que me ayudaron. En ese momento me di cuenta, de que, por una traición, no significa que no vaya a confiar en nadie más, no todas las personas son iguales, aunque creamos lo contrario, siempre va haber alguien que nos demostrara lo contrario.
La traición, dicen que el peor traidor fue Judas, pero aun así Jesús nunca lo dejo de amar, incluso lo trataba como un amigo, eso es un claro ejemplo. Por esa razón no soy capaz de odiar a mis padres, por que a pesar de toso fueron los de que me dieron la vida, solo cometieron algunas equivocaciones, que para ellos resultaban la única solución, pero no. Tampoco pude odiar a Eric, aquel donador de esperma arrepentido, a pesar de todo, tuvo el suficiente coraje de enfrentarse a sus errores, algo que no hicieron mis padres, por el orgullo, en cambio a Eric eso no le importo, siguió luchando contra mis rechazos, para al fin ganarse al menos un poco de tiempo con su hija, pero se fue. No soy muy creyente sobre el cielo y el infierno, pero tengo la esperanza de que la esta viendo en este momento. No entiendo cuál es el túnel por donde las personas pasan al final de su vida, porque yo no lo veo... o será que no estoy muerta... aún.
Quiero despertar y ver a mi hija al menos solo por un momento, es lo único que piso, sin embargo, mis ojos no se abren. Me siento impotente, por no evitar que esto pasará, soy una inútil, será que después de todo este camino tendré al fin calma, o mi vida seguirá siendo igual. Se que la vida no es color de rosa, porque incluso las rosas tienen espinos. Se que siempre habrá problemas, pero los míos ocurren todos a la vez, con la incertidumbre de no saber en dónde quedare después de la tormenta. Con la impotencia de no poder hacer nada, para que todo siga igual. Pero es algo que debemos que aceptar poco a poco. No es fácil, pero tampoco imposible. Lo importante es tener paz aun en la tormenta, y la fe, de que todo saldrá bien, incluso cuando nadie lo cree.
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Sólo quiero... *terminada*
ChickLitAmelia es como todas las chicas, puede ser un poco rebelde, pero es la hija favorita de sus padres, la cual nunca parte ni un plato. Pero de una pequeña mentira, puede salir algo bueno ¿verdad? Ella ira a una fiesta, una muy grande, en la cual se qu...