Élite (editando)

Capítulo 58

Capítulo 58

Nuestros secuestradores son los peores villanos de la historia, desde que llegamos no han parado de discutir, que sí avisamos ya al padre, que no que sufra todavía es muy pronto, que le pedimos tanta cantidad, si es muy poca y bla, bla, bla.

Y para colmo ¡no nos han contado su plan malvado! Cualquier villano que se precie se lo revela al héroe antes de que este se escape y le meta la paliza del siglo.

Vale, tal vez he visto demasiadas películas de acción.

-¡Basta ya!- gritó Antonio- ya le hemos llamado y pedido lo que queremos, no vale la pena seguir discutiendo.

-Mi padre tiene razón- dijo Tania.

-Pero Antonio- se quejó el chico que desconocía- ¡teníamos que haber esperado! Dejarlo sufrir.

-¡Paren ya!- exclamó el traidor- sois demasiado duros, Antonio ¿cómo te sentirías tú si secuestraran a Tania?

Comencé a reírme, con todas mis fuerzas intenté aguantarme las carcajadas pero no había manera.

-¿Y tú de qué te ríes?- preguntó enfadado el desconocido.

-De nada- intenté parecer inocente- mejor me guardo mis pensamientos para mí.

-Será mejor- intervino Kyle- siempre suelen hacer daño a alguien, tiene un arsenal de comentarios sarcásticos hirientes dentro de su cabeza rubia.

-Oye- me quejé- tú también eres rubio.

Me lanzó una mirada fulminante, para él no era momento de bromas.

-Quiero oírlo- gruñó de nuevo el desconocido.

Ya entendía más o menos quien era quien en el grupo, el desconocido era el cascarrabias que quería hacer todo de la manera más dolorosa, Antonio era el jefe y mente malvada, Earl era un ingenuo que rápidamente se deja convencer y Tania era un peón.

-Vale- sonreí- pensaba que usted nunca tendría que preocuparse por si algún día secuestran a su hija, porque pasa unos minutos con los secuestradores y estos la dejan en la puerta de su casa, porque para ser sinceros es insoportable.

Todos me miraron atónitos, y Kyle parecía querer morirse en aquel momento.

Lo sé tenía tendencias suicidas ¡pero ellos habían preguntado! Si no quieres saber no preguntes.

Tania estaba que echaba fuego por las orejas y en cuanto dio un paso amenazante hacia mí, el desconocido se echó a reír y después de él los otros dos.

-¿Qué os pasa?- preguntó una molesta Tania.

-Sobrina- suspiró el desconocido... así que era el tío...- tienes que admitir que la chica tiene razón.

-Hija, hasta a mí me pareces insoportable a veces.

-¡Sois odiosos!- dijo saliendo de la habitación dando pisotones y cerrando la puerta con un gran estrépito.

-Y después yo soy la dramática- me quejé.

Los tres tenores volvieron a reír.

-Ya veo por qué no querías hacerle daño- dijo el tío- es tronchante.

-Sí que lo es- sonrió Earl.

-No tiene derecho a decir nada sobre mi ¡traidor!

-Y con carácter- observó Antonio- no te pareces a tu padre, tú dices todo lo que se te viene a la cabeza pero él miente.