Capítulo 61

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Capítulo 61

Pasé una semana relativamente tranquila en casa, aunque nunca estaba sola, por las mañanas Gabriela estaba conmigo, a veces mi padre cuando no tenía mucho trabajo pasaba un rato con nosotras, en cambio por la tarde las pasaba con tía Audrey o Clara, que venía desde Élite solo para cuidarme.

Me había costado horrores pero al final habían accedido a dejarme entrar al baño sola, eso sí, se quedaban esperando en la puerta a que saliera como perros.

¡Todo era un maldito agobio! Te secuestran y ya no puedes andar sola ni en tu propia casa.

Por eso me alegre enormemente cuando el loquero, sí, mi padre había decidido que para superar mi trauma tendría que ver a un "profesional", había dicho que más o menos me encontraba bien y lo mejor para mí era volver a la rutina.

Y por eso mi hermana me estaba acompañando para volver a Élite.

-¿Seguro que quieres volver?- preguntó antes de salir de mi coche, el cual yo conducía.

Lo sé, no tengo carnet pero cuando eres rico y ya has estado en la cárcel no le das mucha importancia a ciertas cosas.

-Es lo mejor, además ya no aguanto más estar en casa, es un agobio- dije saliendo del coche y observando el internado, cuando llegué pensé que era mi cárcel pero irónicamente ahora mismo era mi salvación.

-Supongo, de todas maneras tenía que dejarte sola pronto para ir a los exámenes.

-Más te vale que apruebes, y esas clases online hayan servido de algo.

-Vamos anda- mi hermana me llevaba la maleta, y yo no me quejaba, si ella era feliz llevando mis cosas ¿quién era yo para quitarle semejante dicha?

Entramos dentro de los edificios, no había ni un alma, pero era normal a estas horas estaban todos en clase.

Cuando entré en la habitación me encontré con la sorpresa de que había tres camas en vez de dos, y las cosas de Érica estaban colocadas por todo el cuarto, entonces ya era oficial Érica se mudaba lo que quedaba de año con nosotras.

-Voy a ayudarte a colocar tus cosas.

Y entre Gabriela y yo pusimos cada cosa en su lugar.

-Vete a comer- le dije- la cafetería pronto se llenará y no creo que quieras hacer cola.

-Pero...

-Tranquila- le sonreí- yo ya he comido, papá se ha empeñado en que era mejor que por ahora me quedara en la habitación.

-Bueno... pero no te vayas- me advirtió.

-¿A dónde quieres que vaya Gabriela?- pregunté divertida- te recuerdo que no me puedo escapar, han doblado la seguridad, que ya si antes era casi imposible escapar ahora es imposible.

-No te muevas.

Y se fue corriendo al comedor, yo por mi parte me acosté en la que parecía mi cama pensando en nada y a la vez en todo, después de mucho tiempo estaba por fin sola.

Sentía que al fin podía respirar.

Yo quería mucho a mi familia, pero era muy pesada cuando se lo proponía.

De repente oí que abrían la puerta y me incorporé esperando ver a mi hermana pero en realidad delante de mí se encontraban Alex y Érica, las tres nos observábamos y ninguna decía nada.

-Hola- sonreí- cuanto tiempo, ¿ha pasado algo interesante?

Pero mi pregunta no fue respondida porque las dos chicas se abalanzaron sobre mí.

Élite (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora