Capítulo 34
La primera parada fue la tienda de dulces de la que Kyle me había hablado el primer día que me soltaron. Lo sé, hago parecer que Élite es una cárcel pero así es como yo la veo.
Alma libre...Kyle.
Volviendo a la tienda, había decidido que sería nuestra primera parada porque necesitaba ingerir algo dulce en mi organismo, si no estaba segura que no podría con lo que quedaba de día. No lo malinterpretéis yo adoro a mi hermana pero puede llegar a ser muy pesada.
-¡Qué rico!- Gabriela se lanzó a por los dulces.
Aarón movió el brazo.
-No lo siento- murmuró- nunca pensé que una chica pudiera tener tanta fuerza.
Solté una pequeña carcajada.
-Gabriela cuando quiere puede tener una fuerza sobrehumana, además de una voz chillona espantosa que hace que no puedas seguir durmiendo.
-No es la primera vez que te despierta.
Negué con la cabeza y me dispuse a mirar todos los dulces, y me paré en una palmera de chocolate. Kyle solía comprar un suministro cada vez que salíamos, solía decir que sin sus dulces no era nada.
Ese día comprendí porque era tan inquieto, demasiadas palmeras de chocolate.
Pensar en Kyle hacía que me sintiera confusa, nos habíamos besado y no sabía qué hacer sobre ello, es decir, no quería jugar con sus sentimientos aunque parezca duro es un chico muy sensible por dentro. Lo único que no quiero es hacerle daño, además de que está el pequeño inconveniente de que también me atrae su mejor amigo que casualmente está pasando las navidades en mi casa.
No pude con tanto drama y salí de la tienda.
Necesitaba aire.
Esperé un buen rato fuera hasta que Gabriela salió con una gran sonrisa y una caja llena de dulces que comía alegre, no me ofreció ninguno, así era ella. Nunca te metas con sus dulces o lo lamentarás.
-¿Y Aarón?- pregunté.
-Está dentro, estaba comprando algo.
Y como si pudiera oír a Gabriela Aarón salió con una palmera integral.
-¿Vamos?- preguntó.
Gabriela asintió y salió corriendo hacia el final de la calle, se suponía que yo era quien guiaba ya que ella no había estado nunca aquí pero no le dije nada, que disfrutara, cuando viera que no sabía a dónde ir ya me esperará.
-Toma.
Me giré y vi que Aarón había partido su palmera y me ofrecía la mitad.
-Aarón no hace falta yo...
-Toma- insistió- es para los dos.
Mi corazón dio un vuelco, no sabía que Aarón podía ser tan detallista. Creo que este era el chico que estaba escondido dentro de su fachada de duro, el chico que Érica había enterrado.
-Gracias- cogí la mitad y nuestras manos se rozaron y la familiar electricidad recorrió mi cuerpo.
Nuestros ojos conectaron, me adentré en el azul grisáceo lleno de miles de secretos.
-¡Olivia! ¡No sé por dónde ir!- el grito de mi hermana hizo que volviera a la realidad.
Aarón y yo apresuramos el paso y fuimos a su lado, ella estaba mirando las dos calles interrogante.
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Élite (editando)
Ficțiune adolescențiA Olivia Martínez se le podría describir de muchas maneras rebelde, inteligente, deportista... A pesar de que su familia tiene dinero ella aparenta que no lo tiene, se mete en manifestaciones porque cree en un mundo mejor, odia a la gente que se cr...