Capitulo 5

1.3K 107 16
                                    

《 ¡Debe ser una broma, maldito tráfico!, solo tendré hora y media para arreglarme o menos, tranquila, falta poco para llegar a casa, no pasa nada》

Llegue al apartamento 20 minutos después y me cambie, intente peinarme un poco y retocar el maquillaje, no me daría tiempo de meterme a bañar y empezar todo de nuevo, me puse un poco de perfume, me mire al espejo y respire.

Justo a las 8 estaba en la entrada del restaurante.

《Que puntualidad la mía, nunca no soy puntual y esta vez sin querer lo fui, pensará que estoy entusiasmada, fuma un cigarrillo, eso debe calmarte Renata. 》

Me mire en el espejo del auto y revise mis dientes por si tenía alguna mancha de lápiz labial.

《 Todo en orden, ¿Me veré gorda?, no creo que mucho. 》

Sumí un poco la barriga, encendí el cigarro, lo fumé con rapidez mientras miraba mis manos.

《 Estúpido cigarro, no duro nada, come una menta Renata tal vez huelas a cigarro, esto de hablar conmigo misma me pone más nerviosa, me entran más dudas. 》

Baje del auto y me acomode un poco el vestido, me dirigí a la entrada donde otra de esas chicas con cuerpo voluptuoso me recibió.

《 ¿Se la pasara en el gimnasio todo el día? ¿Cómo consigue tener ese abdomen? 》

—Buenas noches. —dije sonriente a la chica.

—Buenas noches. — sonrió amistosa. —¿Es usted la señorita Renata?

—Eh si... —titube—¿Cómo lo sabe? —arrugue la frente.

—Bueno, Isaac la describió muy bien. —sonrió y me miró fijamente.

—¿Ah sí? —levante las cejas esperando una respuesta.

—Si, cabello castaño claro, largo hasta la espalda baja y ligeramente rizado, ojos café oscuro, piercing pequeño en la nariz y muy linda, así que por favor acompáñeme. —sonrío como una niña que acababa de recitar su tarea frente a la clase.

No supe que decir, simplemente la seguí, llegamos a la mesa, le agradecí y me senté, saque el teléfono y le mande un texto a Diana.

Suerte en tu cita, yo estoy en una con Isaac, te mando mi ubicación por si me secuestra ;)

Te quiero.

—Buenas noches.

—Levante la mirada y ahí estaba el, sin sus vans, con un pantalón de vestir y camisa blanca arremangada hasta los codos.

—Hola—sonreí ligeramente.

《Aaahhh Dios, que creación tan hermosa trajiste al mundo, me encanta cuando se arremangan la camisa a la altura de los codos, ya me imagino esos brazos cargando mi trasero y ...》

—Te vez muy hermosa.

—Gracias, igual tu...estas ...b..bien.

《Contrólate, no le veas la sonrisa, ni los ojos, todo estará bien, mira su nariz no se dará cuenta, no, pensara que estas bizca, bueno los ojos ... solo un poco, no desvíes tanto la mirada, pensara que eres hipócrita, deja de hablar contigo misma, déjate llevar, es solo una noche. 》

—¿Qué quieres cenar?

—No lo sé ...—tome la carta y la observe unos segundos, hice una mueca, los nervios me quitaban apetito—Pasta estaría bien.

—Pasta será.

El mesero tomo la orden e Isaac no paraba de sonreír, parecía un niño con juguete nuevo.

Mi mejor decisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora