Capitulo 24

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—Hola, que... ¿Qué haces aquí? —sonreí ligeramente, y lo dejé entrar a la habitación.

—Era una sorpresa, vengo a acompañarte.

—Arque la ceja — ¿Acompañarme?

—Si, —sonrió de oreja a oreja —te había dicho que la vida tenía muchas sorpresas y aquí estoy.

—Ok. —arrugue la frente. —Pero no entiendo para que viniste.

—¿Te molesta?

—No, no es eso.

<< O... tal vez creo que sí, pensé que Estrada confiaba en mí, pero me mando niñero, uno muy sexy claro. >>

—¿Quieres ir a cenar algo?

—Si claro, ¿Conoces la ciudad? —pregunte mientras salíamos del hotel.

—No tanto, pero estuve investigando un poco antes de venir.

Caminamos unas calles y encontramos un lugar de comida rápida, emocionada entre y pedí una enorme hamburguesa como la del cartel de la entrada, platicamos un rato.

<<Es tan cómodo y divertido estar con él, me gusta claro, no estaría de más probar esos labios de nuevo, ¡Ash por dios Renata!, ¿Que te pasa?, debes contenerte.>>

Decidimos caminar más para conocer la ciudad, encontramos un parque muy bello y en seguida llegamos a una clase de capilla enorme.

—Que precioso—mire asombrada.

—Es la basílica Notre—dame.

—Wooow, —hice una mueca— ya está cerrado, ¿Podemos volver mañana?

—Claro, debemos dar un recorrido, ¿Qué te parece mañana después de tu junta?

—De acuerdo.

La charla de regreso al hotel fue bastante amena, era un chico interesante y culto.

<< Me gusta un poco más de lo que debería, ¿Pero Isaac? ¿Qué debo hacer? ¿Cómo voy a elegir?>>

Entre a mi habitación y Jorge detrás de mi.

—Que tengas una linda noche. — coloco un mechón de cabello detrás de mi oreja.

—Gracias. —sonreí levemente. —Pues...nos vemos mañana.

—De acuerdo. —me miró fijamente y coloco su mano en mi mejilla.

Mi corazón latía rápidamente, se acercó dudoso y coloco sus labios sobre los míos, cerré los ojos y le correspondí el beso, coloco sus manos en mi cintura y yo rodé con mis brazos su cuello, sentía ligeros nervios porque de verdad me gustaba, el beso se volvió intenso, me deje llevar, caminamos a la cama sin dejar de besarnos, me recostó lentamente, nuestras respiraciones eran agitadas, me miro y sonrió, se incorporó lentamente hasta sentarse en la cama, confundida imite su movimiento.

—Te quiero, Buenas noches Ren. —se levantó y salió de la habitación.

—Descansa.

<< ¿Qué le pasa?, lo dejo entrar a otro terreno y se va, ¿O tal vez eso lo asusto?, ay Renata, ya, déjalo así, debes dormir.>>

Sonó la alarma y desayune en el restaurante del hotel, comenzaba a aburrirme, di un pequeño paseo y me aliste para la reunión, me dirigí hacia la sala de juntas donde habíamos acordado y me presente, me concentre y fue todo un éxito, al terminar la junta, uno de los socios del Licenciado Estrada se acercó a mí, era un hombre bastante atractivo y joven, llevaba un traje muy elegante.

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