Capitulo 60 Extra

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Me mire en el espejo, suspire y acomode mi vestido, tenía el estómago echo un nudo y ganas de vomitar, mi corazón latía con rapidez, encendí un cigarro, no era la mejor idea, pero por suerte había perfume para cubrir el olor, tocaron la puerta y no conteste, me senté en la pequeña silla perdida en mis pensamientos, mi padre entro y sonrió al verme exhalar el humo del cigarro.

—Vaya que estás nerviosa, pero no es una buena idea.

—Lo sé.

—Te ves hermosa.

—Gracias papi. —lo abrace, me sentía sumamente sensible.

—No llores bebé. —me dijo con lágrimas en los ojos.

—No eres el mejor ejemplo para decirme que no lo haga.

—Sonrió y acomodó mi cabello, me dio un beso en la frente, me tomo de las manos y me miro a los ojos. —Te amo pequeña, todo estará bien, tampoco pensé que llegaría este momento, siempre fuiste muy independiente y estoy seguro de que serás la mujer más feliz de todas, te mereces lo mejor princesa, ¿Estás lista?

Asentí y lo abracé, di la última calda a mi cigarrillo y enseguida me rocié un poco de perfume, suspiré y caminamos fuera de la pequeña habitación, la iglesia estaba repleta de gente, no mire a mi alrededor, solo al frente, respiré profundo, me sentía muy nerviosa, entrelacé mi brazo con el de mi papá y caminamos lento hacia el altar, Isaac giró sobre sus pies y sonrió, esa sonrisa me recordaba a la que vi la primera vez, la que me enamoró por completo, estiró sus manos y me ayudó a subir las pequeñas escaleras, me dio un beso en la mejilla y en seguida abrazo a mi padre, todo estaba en silencio, no podía ver a nadie más que a Isaac, el padre comenzó a hablar y yo no podía dejar de pensar en lo maravilloso que era estar en el altar a punto de casarme, después por fin dijo "Puede besar a la novia", Isaac me beso con dulzura y nos dimos un abrazo, me sentía sumamente feliz.

—Te amo. —le susurre. —Nunca pensé que cuando me decías futura esposa fuera en serio.

Todos comenzaron a aplaudir, abracé a mi esposo y caminamos afuera de la iglesia tomados de la mano con una sonrisa enorme en el rostro, sentí que alguien me miraba y a lo lejos vi que Carlos estaba recargado en un auto, en ese momento él me sonrió, metió las manos a sus bolsillos y movió la cabeza en gesto de saludo, le devolví el gesto, se dio la vuelta y se fue del lugar.

Isaac me miro y me volvió a besar.

—Renata, sin duda eres mi mejor decisión.

Mi mejor decisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora