Capitulo 42

780 59 1
                                    

—¿Por qué tan tensa? —pregunto Eduardo colocándose a mi lado.

—No, estoy bien. —forcé una sonrisa.

—Eres muy bella Renata.

—Gracias.

—¿Me darías la oportunidad de salir contigo a solas?

—No, tengo novio.

—¿Y?, no soy envidioso. —sonrió de lado.

—Arque una ceja. —Pero el sí.

—Ren, ¿Qué haces aquí? — Esteban se acercó encendiendo un cigarro.

—Termino de fumar. —Alce mi cigarro.

—Ya, ¿Cómo la estás pasando? —soltó el humo.

—Bien, gracias.

—Por cierto, hable con Gisel, mi novia, quiere verte la próxima semana.

—Perfecto, me entusiasma la idea de conocerla.

—Renata será dama de honor en mi boda. —se dirigió a Eduardo.

—Entonces también nos encontraremos ahí. —guiño el ojo, se disculpó y entro al restaurante.

—Así es el, no te sientas incomoda.

Me alce de hombros y entramos al restaurante, enseguida Diana me susurro al oído.

—Ya quiero irme, vayamos de antro.

—No.

—Anda.

—No. —susurré y sonreí disimulando.

—Gracias por la cena chicos, fue muy agradable, pero me siento cansada. —Diana se levantó.

Acto seguido las chicas y yo la imitamos, fulmine a Diana con la mirada y sonreí para que nadie se percatara.

—Las llevo de regreso al hotel. —dijo Esteban mientras se levantaba.

—Gracias, no es necesario.

—No dejare que regresen en taxi. —Insistió.

—Eduardo me dio un beso en la mejilla y susurro. —Te llamare.

—No lo hagas. —sonreí educada.

Nos despedimos, subimos al auto de Esteban y Diana sonrió emocionada.

—¡Esteban!, Vamos de antro.

—Pero... ¿No te sentías cansada? —frunció el ceño confundido.

—No, mentí, ya me había aburrido.

Esteban sonrió y condujo hasta llegar a una zona repleta de lugares para beber.

—Venimos muy elegantes. —comento Claudia.

—No importa, así llamamos más la atención. —mi amiga dio ligeras palmaditas a su hombro.

Entramos a un bar y nos acomodamos en una mesa cerca de la barra, pedimos una ronda de vodka, brindamos y nos dirigimos a la pista; Esteban bailaba en medio de nosotras, después formamos un pequeño círculo y un chico se acercó a Jasmine y comenzaron a bailar juntos, regresamos a la mesa mientras observábamos de lejos a mi "cuñada", toda la noche no paramos de beber y de bailar, cuando los chicos se nos acercaban usábamos a Esteban como novio para que se alejaran, al amanecer salimos del lugar ebrias, despeinadas, y con los tacones en la mano, Esteban condujo lento al hotel ya que estaba igual de borracho, al llegar caminamos tambaleándonos a la recepción y visualizamos a la versión de los Jonas Brothers platicando con un gerente del hotel, al vernos se acercaron a nosotras con una mueca de sorpresa.

Mi mejor decisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora