Capitulo 13

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Escuche que tocaron la puerta, no tarde mucho en correr a abrirla y ahí estaba él, recargado en la pared con su actitud despreocupada.

《Es tan atractivo que necesito meterme hielo a los pantalones》

—Hola esposa.

Me dio un beso en la comisura de los labios, me tomo de la mano y salimos de mi apartamento, subimos a su auto, y olía delicioso, una combinación de lima con tabaco, olía a él, a macho alfa, pelo en pecho, lomo plateado, barba de leñador, y eso me encantaba, quería pegarme a su cuello como un perrito y olfatearlo.

—¿Qué tienes? —puso una mano en mi regazo.

—Salí de mi trance y arrugué la nariz— Huele mucho a.... Hombre

—¡Ja!, graciosa.

—¿A dónde iremos?

—Es sorpresa—me guiño un ojo.

《Si este hombre supiera que mi cerebro se derrite cada vez que hace eso tendría un poco más de compasión. 》

—¿Me llevaras a un bosque, me mataras y venderás mis órganos? —mire por la ventana.

—Formo un círculo con su boca — ¿Cómo lo sabes?

—Me alcé de hombros—lo presentí.

Encendió la música en el auto y comenzó a sonar "Just the way you are", subió el volumen y canto a todo pulmón muy desafinado, al finalizar la canción dijo "Gracias amable público, esta canción se la dedico a mi futura esposa "

Varias canciones, cigarrillos y bolsas de papitas después llegamos al lugar, baje del auto muerta de frio, se dirigió al maletero y saco una chamarra color negro para mí.

—Es un obsequio, ¿Te gusta?

—Es perfecta, —sonreí—gracias, ¿Cómo supiste mi talla?

—Se alzó de hombros —Diana.

—Di un ligero golpe a mi frente —Claro, ¿Quién más?

Me tomo de la mano y caminamos hacia donde se encontraba la multitud, no estaba prestando atención a mi alrededor, solo estaba pensando en lo genial que me sentía estando con él, era diferente, era sumamente cómodo y fácil, podía ser yo misma sin que intentara ser perfecta o mostrarme interesante como en su momento lo hice con Carlos, me sentía segura y por fin algo bueno estaba sucediendo realmente, apretó un poco mi mano y levante la mirada, al hacerlo me encontré con un montón de globos aerostáticos frente a nosotros, deje de caminar y abrí ligeramente la boca, había de todos los colores, era mágico, y nunca había estado en un lugar así, mucho menos me había subido a un globo, escuche una risita, dirigí mi vista a Isaac y me acerco a él.

—Subiremos a uno.

—¿Qué?, ¿De verdad? —mi rostro reflejó pánico y nervios.

《Bolas de perro, me dan miedo las alturas, piensa rápido.... ¿Y si finjo caerme y que me lastimo?, ¿Porque no llueve o algo?, respira, ¡Ohh ya se, usare el código rojo, ¡Una llamada!, le diré a Diana en un texto que me llame y finja cólicos y así nos largamos y no podremos subir, o aún mejor llamare a Claudia y le diré que finja que uno de mis clientes está en la cárcel y tengo que ir de inmediato, ¡Ohhhh!, ¿Y si me pide ser su novia arriba en el cielo, tomados de la mano como en las películas?, ¡Dios ayúdame!》

Mientras debatía conmigo misma una vocecita grito mi nombre.

—¡Renata! —chillo el pequeño Leo y corrió hacia mí con los brazos estirados, me agache, lo abrace y le bese la mejilla.

Mi mejor decisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora