Mi mejor decisión

Capitulo 32

Isaac conversaba alegre con Julián y Miguel, incluso Esteban se les había unido, Diana bailaba en la pista con Elena y Claudia mientras Armando las miraba divertido, mis viejos amigos bebían cerca de la barra, y otros más bailaban también, mis padres, los de Diana y Miguel, charlaban y reían en otra mesa mientras bebían y fumaban, Jasmine, Mandy y Julio platicaban muy entretenidos, por fin todo estaba perfecto.

—¿Estas contenta? —pregunto Jorge sentándose a mi lado.

—Me emocione muy rápido, lo mire seria. –Si.

—Me da gusto.

—Se nota. —dije con sarcasmo.

—Ren, quiero proponerte algo.

—¿Qué?, encendí un cigarro y miré lo que pasaba a mi alrededor.

—Pues, aprovechando la distracción de tu novio....

—Espera, antes de que continúes, necesito saber algo. — lo mire directamente a los ojos.

—¿Qué?

—¿Tú le diste mi número a tu amiga Ana?

—No. –Contesto confundido. —¿Por qué?

—Esa mujer tiene mi número y me amenazo por teléfono.

—¿Como que te amenazo? —pregunto aún más confundido.

—Me alce de hombros—me llamo y me dijo que se vengaría de mi.

—Renata te juro que yo no se lo di, pero creo saber cómo lo consiguió.

—¿Como?

—Pues debió tomar mi celular y usó a Leo para desbloquearlo o algo así, pero me preocupa que te amenazara, sabes.... esto es otro nivel y hablare con mi hermano para despedirla.

—Me alce de hombros. —Esa mujer está loca.

—Creo que si. —hizo una mueca.

—¿Y qué querías decirme?

—Jugo con sus manos nervioso y luego me miro detenidamente. —No me digas nada aun, solo piénsalo. —miro a su alrededor y en seguida a mí. —Yo sé que no quieres nada serio conmigo, pero ya vi que con Isaac si, sólo déjame estar contigo, de la forma que sea lo aceptaré, es decir, permíteme ser tu amante.

—¡¿Qué?!— reí nerviosa. —¿Si estas consciente de lo que me estás diciendo?

—Si, Renata necesito sentirte de nuevo.

—Jorge creo que estas borracho.

—No, bueno... un poco, pero se lo que digo.

—Jorge no, te lo dije desde el principio, no quiero lastimarte, por eso quería alejarme de ti.

—Renata solo piénsalo, y aquí estaré para ti, cuando tú quieras. —se levantó de la silla. —Me voy, disfruta tu fiesta y no te preocupes por Ana, te quiero.

Lo vi salir y no supe que pensar ante su propuesta, me levante y me uní al baile con las chicas, seguí bebiendo ya más tranquila de no tener a Jorge cerca, ya bien entrada la noche mi madre se acercó y me dio un abrazo.

—Hija nos vamos.

—¿Porque?

—Ya no tenemos tu edad y necesitamos descansar.

—Quédense en mi casa y mañana nos vemos para comer—les dije.

Mi madre busco la aprobación de todos, asintieron y les estire las llaves de mi casa.