Capitulo 34

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—Amiga, ¿Cómo va tu relación con Isaac? —se aventó al sillón con un tazón de palomitas.

—Bien, creo que estoy enamorada, aunque me había prometido no hacerlo.

Miguel rodo los ojos.

—Ay, hablando del que tampoco se iba a enamorar. –Diana le lanzo una almohada.

—Déjenme en paz. —se cruzó de brazos. — Baileys y Kahlua están más grandes ¿O es mi imaginación? —decía mientras les repartía palomitas.

—¡No les des eso! —Diana le lanzo otra almohada.

—Agh odio que hagas eso. —le lanzo la almohada.

—¿Cómo va tu relación con Claudia?

—Bien, me siento muy contento, tranquilo, es lo que buscaba, ¿Y tú con Julián?

—Me encanta, estoy segura que es el hombre que quiero para toda mi vida.

—Que cursis somos, no me imagine nunca que llegara este momento en nuestras vidas tan rápido.

—¿Quién creen que se case primero de los 3? — pregunto Diana.

—Tu. —dije enseguida.

—Miguel.

—Tu. —le dijo Miguel.

—¿De verdad? —arrugo la frente.

—Extrañaba esto. —dijo Miguel mientras recargaba su cabeza en mi muslo y estiraba las piernas en el sillón.

Acaricie su cabello y los cachorros se acurrucaron en sus piernas.

—Las extraño, necesitamos salir los 3 de nuevo, vamos al café de siempre o salgamos de farra.

—¡De farra! —Diana alzo los brazos y corrió a mi habitación. —Me voy a cambiar. —grito.

—Avente la cabeza hacia atrás. —No, tengo flojera.

—Ve a cambiarte. —se incorporó.

—No quiero salir, ya estoy en pants y pantuflas, no se vale, ¿No crees que bebemos mucho?

—No.

Me levante refunfuñando y entre a mi habitación, mientras Diana se terminaba de cambiar, busque en mi closet y elegí una falda con lentejuelas, una blusa negra de tirantes y un par de zapatos de tacón, me maquille e hice unos risos en las puntas de mi cabello, mientras que Diana se había puesto un vestido entallado azul marino, tacones a juego y dejo su cabello lacio, tomamos nuestro bolso y regresamos a la sala con Miguel.

—Woooow, que guapas amigas tengo.

Le di un beso en la mejilla, salimos del departamento y nos dirigimos a mi auto, minutos después aparcamos en el bar que frecuentábamos, nos sentamos cerca de la pista de baile y pedimos una ronda de whisky.

—Salud, por nuestra amistad y por nuestra vida emocional. —dijo Miguel.

Nos paramos a bailar y las chicas comenzaron a rondar a Migue como moscas, discretamente mi amigo regreso a la mesa, Diana y yo seguimos bailando y un par de chicos se nos acercaron coquetos ofreciéndonos que nos fuéramos a sentar con ellos, agradecimos el gesto diciendo que éramos lesbianas, nos tomamos de la mano y regresamos con Miguel a la mesa "Nunca falla" me dijo Diana en el oído.

—¿Por qué justo ahora que tenemos pareja todos se nos acercan?

—No lo sé, pero ojalá nos hubiera pasado cuando éramos solteros.

—Oh si nos pasó. —Miguel nos miró y tomo un trago.

Lo miramos confundidas intentando recordar cuando había sucedido algo así.

Mi mejor decisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora