Capítulo 50

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Se fue y entre al departamento, camine a mi habitación junto con Baileys, me acosté y encendí la televisión mientras esperaba a Isaac mi celular vibró y en la pantalla salía el nombre de Jorge, abrí el mensaje antes de que Isaac pudiera llegar y matarme por ver su mensaje.

Jorge

—Renata necesito hablar contigo.

—No quiero tener problemas con Isaac.

—Necesito una amiga.

<<Ay no puede ser.>>

—Si quieres mañana ve a la oficina.

— Gracias.

Me mordí las uñas, ese hombre me estresaba, dejé el celular a un lado y encendí un cigarro mientras esperaba a mi sexy novio, media hora después el timbre sonó y abrí la puerta.

Isaac tenía a la altura de su cara un oso de peluche de color blanco con una nota.

"Eres lo más bonito de mi vida"

Esboce una sonrisa y enseguida lo abrace, me encantaban sus detalles, me hacían sentir amada, le di un beso y lo mire.

—Gracias, me encanta.

Abrace al oso y caminamos a mi habitación, acomode al peluche en mi buro, después le pedí que se sentará en la cama, me desbroche la blusa y deje que se deslizara por mis hombros hasta caer en el suelo, me quite los tacones, por debajo de la falda saque la tanga y la deje caer, lo mismo hice con el brasier, Isaac gruño y se desvistió enseguida, me acostó en la cama y metió la cabeza entre mis piernas, me aferre a las sábanas mientras él jugaba con mi clítoris y lo humedecía con su lengua, al sentirme húmeda se incorporó y me pidió que girará, me acomode dejando que me penetrara mientras yo veía la cabecera de la cama, con sus manos tomó mis caderas y me movió de adelante hacia atrás aun con la falda puesta, jalo ligeramente mi cabello y al escucharme gemir y sentir que llegaba al clímax salió de mí y antes de que su semen saliera me coloque frente a él para que cayera en mis pechos.

—Me encantas. —le di un beso.

—Y tú a mí.

—¿Te quedas a dormir?

—No puedo princesa, mañana tengo una junta en el restaurante, es posible que pueda abrir otro.

—¿De verdad?

—Sí, no quería decírtelo hasta que fuera un hecho.

—Esperemos que así sea, te amo y estoy muy orgullosa de ti.

—Gracias amor, pronto dormiremos juntos todos los días.

Sonreí y lo abracé, se despidió y me metí a las cobijas junto con Baileys.

Al amanecer desperté y miré el reloj.

<<Genial, tarde como siempre.>>

Corrí a bañarme y a cambiarme, salí de casa y llegué a la oficina.

—Buenos días licenciada.

—Hola Claudia.

—El licenciado Julián la espera en su oficina.

—Gracias.

Camine por el pasillo y escuche la voz de Jorge, entre a mi oficina y Julián cerró enseguida la puerta.

—¿Tú quieres que Isaac termine contigo de nuevo? —pregunto molesto.

Confundida mire sobre su hombro y Jorge miraba a otro lado.

Mi mejor decisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora