Entre una vista nublada adjuntada a una fuerte jaqueca voy abriendo mis ojos, percibo un tapis rojo con columnas blancas y las altas paredes son adornadas con cuadros, una puerta de cristal a un costado de la habitación y al otro supongo que está el baño tras una entrada de madera negra. Al frente hay un gran televisor con muebles de cuero oscuro a su alrededor.
¿Dónde estoy? Porque definitivamente no soy tan excéntrica en cuanto a decoración para que esta sea mi habitación. Me sostengo de codos en el colchón con tamaño exagerado, miro mi ropa y cargo con un vestido negro. Me levanto de inmediato y al cruzar por la puerta corrediza miro a la calle, es de día y mi preocupación ha despertado al no saber dónde estoy.
Entro nerviosa y tiro de mi cabello hacia atrás, no recuerdo mucho de la noche anterior más que participé en el desfile y a un hombre con apariencia extraña para mí.
—¿Cómo te sientes? —voltee al acto en que escuché esa voz que me dejó atónita. Venía con una charola de comida en sus manos.
Le miro cantidades de veces, inclino la cabeza de lado al lado detallando cada parte de su holgada vestimenta. Lleva consigo una camisa negra a mangas largas y unos pantaloncillos del mismo color, sombrero y una coleta desordenada. Agito mi cabeza y cierro los ojos para suspirar y tomarme lo que acabo de ver con mucha calma.
—¿D-Dónde estoy? —digo con los ojos aún cerrados. Las cosas parecían darme vueltas.
—Pues... Lamento decirte que esto es un secuestro.
Abro mis ojos de golpe.
—¿Qué?
—No es cierto —sonríe dejando la bandeja en la pequeña mesa del centro de aquellos muebles.
Su sonrisa me dio escalofríos.
—¿Quién eres? —retrocedo cuando él se acerca a la puerta corrediza.
—¿No recuerdas nada de ayer? —ese bendito tono de su voz no lo podría olvidar, pero me negaba y era porque no le estaba a viendo a mi moreno.
—No.
—Me llamaste Michael un par de veces —se queda mirando afuera con sus manos tras sus glúteos y sus labios rojizos en una linea recta.
—No —negué repetidas veces con la cabeza—. No puedes ser él.
—¿Por qué no puedo, Joan? —camina hacia mí de forma amenazante— ¿Por qué no puedo ser Michael? —está a tan sólo milímetros de mí.
Me encogo ante su forma de persuadirme, de esa manera mis ojos se aguan y me abrazo a mí misma mientras su nariz casi toca mi frente.
Su aliento golpea mis penas.
—Dejame —susurro con los ojos cerrados a punto de romper en llanto.
—Respondeme —me toma de los brazos con fuerza— ¡Vamos!
—¡Alejate de mí, extraño! —le empujo con todas mis fuerzas logrando su distancia con la mía.
—¿Extraño? —sonríe de medio lado— ¿Me llamas a mí extraño? —inquiere, parece benévolo — ¿Te parece extraño el hombre al que destruiste por años, al que le mentiste haciéndole creer que sólo él tenía poder sobre ti cuando otros cientos más pagaban por tenerte? —se acercó de nuevo, de la misma forma que hace un rato. Vuelvo a enrollarme con mis brazos y como instinto a su cercanía los vellos se levantan y él lo nota— ¿Tienes miedo, Joan? —susurra— ¿Me temes? —parece decepcionado.
—Quiero que te vayas —digo en un hilo de voz.
—¿Por qué me temes? —me toma de los brazos pero sin brusquedad inclinándose un poco intentando buscar mi mirada.
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Tell The Angels No -MJ Fanfiction [#SmileAwards][Unwarrior2018]
FanfictionSegunda temporada de Vida Indecente Muchas personas creen saber que todo aquellos ángeles que tienen tal término, vienen aquí para hacer el bien. Ayudarte en lo que necesites e iluminar tu camino que puede encontrarse vagando en la temible oscuridad...