Corro Peligro

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Narra Joan

Me coloqué la bata de seda que marcaba que ya el día se iría al caño como acostumbraban los demás, las noches se me hacían eternas y entre la oscuridad nada más me ponía de recuerdo en recuerdo. Analicé que mi vida había cambiado en un abrir y cerrar de ojos, que el bardo más grande y doloroso que viví me llevo a considerar la idea de que todo lo que habría vivido en aquel tiempo habría sido en vano pues no tenía un propósito el cuál alcanzar hasta que mi vida dejó la sombría por un corto plazo, donde me ubique en tiempo y espacio e inclusive en la vida.

Todo mi sentido lo conservaba Michael.

Cuando se fue juraría que al paso de los años ya me acostumbraba a vivir en la miseria de su recuerdo, soñando consigo día por medio y con eso me conformaba como para no levantarme tan de malas. Y ya no dolía tanto como solía, o era que ya había aprendido a vivir con su desolación; pero al menos ya concebía algo de gusto por estar donde estoy. Cuando le vi fue una terrible punzada en el pecho que juraría que iba a morir en una pasarela, cuando me habló calmó mis miedos y los demonios que luchaban dentro de mí se esfumaron, me dejó en calma y cómo podía disfrutar cada silaba que me dedicaba sólo a mí.

Pero volvimos a tomar caminos opuestos, como debía ser y como ya debíamos estar acostumbrados. Él ahora se encuentra en una gira mundial con su nueva pareja de nombre Alejandra, me enteré por revistas que aparentaba muy poca edad y me pareció algo ingenua, y desde el brillo de la hoja de esa revista se podía notar esa ilusión con la que le admiraba... Apuesto que él no le dijo que nos besamos.

—Joan —tocaron a la puerta, era Eduardo. ¿Qué hacía a estas tantas de la noche por aquí?

—Pasa —le dije acurrucada abranzado a una almohada.

—Querida... ¿Ya estabas dormida?

—No, aún no.

—Emma me recibió —señaló con su pulgar hacia atrás y cerró la puerta.

—¿No estaba dormida ya?

—Bajó por un vaso de leche.

—Ahh.

—¿Estás bien? —se sentó al otro trecho del colchón.

—Sí. Como siempre.

—Mal.

—No es que esté "mal" —me siento en posición de indio—... Sólo que necesito tiempo.

—Ya ha pasado una década.

—Pero estaba aprendiendo a vivir con ello. De veras.

—Lo que necesitas, querida, es a un negro que te dé tan duro que lo olvidarás. Confía en mí —me hizo gracia su comentario y le estampé una almohada en la cara.

—No —hago una mueca—... No lo niego, los negros tienen lo suyo y captan gran parte de mi atención pero no, gracias.

—¿Qué sientes realmente, Joan? —me mira con pena ¡Ahh! Cómo odio que me miren así. Pero él lo sabe y si lo hace es porque realmente me veo mal.

—Siento un gran vacío en mí —suspiro—, te juro que jamás pensé que el ser reemplazado pudiera afectar tanto. Que escuchar las mismas palabras que te decía a ti pero en direcciones distintas... N-No puedo —hice una pausa—. Le hubiera superado y me hubiese importado una mierda volverle a ver y que incluso me insultase y luego me dijiese que había otra chica ¿Pero sabes qué significa escucharles en una conversación? —él negó— Significaba que ya todo estaba perdido.

Tell The Angels No -MJ Fanfiction [#SmileAwards][Unwarrior2018]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora