Cínico

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Narra Joan.

Desde mi puesto, al frente se encontraba un bonito moreno con un poco de músculos marcados y unos encantadores ojos verdes, su cabello pegado al cráneo y unos sensuales tatuajes en sus antebrazos. Me hablaba entre su traje de back tender que le asentaba de lujo, me coqueteaba y yo boba por su voz ronca le sonreía dándole entrada.

—¿Tus tatuajes tienen algún significado? —Pregunté jugando con mi copa encima de la barra.

—No realmente, el cocodrilo de aquí —mostró uno de sus antebrazos—, lo vi en una barbería. Me gustó y pues aquí está. Tenía mis dudas, como ves es muy grande. Su cola me llega casi al cuello.

—Ya veo —mordí mi labio inferior y él se fijó.

—¿Q-Qué hay del tuyo? —Dijo mirando mis labios lelamente.

—¿Del mío? —Pregunté extrañada.

—En tu hombro derecho dice Michael. ¿Es el nombre de tu padre?

—Ohh —miré mi hombro—, hablas de ese tatuaje...

—Sí.

—No es relevante. Fue una estupidez.

—¿Enamorada? —Me dice con una ceja arqueada para después negar y reír cabizbajo— Ahh, chica. Eso algo tan común —me vuelve a mirar con una sonrisa. Es precioso—. Aunque se ve sexy.

—Sexy... Gracias.

—Lastima que una mujer como tú jamás me dejaría salir con ella —esa punta...

—A ver ¿Por qué no?

—Debes tener algún novio.

—¿Novio? —Me río— No, gracias.

—¿Segura de ello, Joner?

Joner... Dios.

Voltee de inmediato persiguiendo esa voz que me dejó atónita, me miró con su tapaboca negro y no pude detener ese bombardeo tan inmenso que el corazón enviaba acelerado. Me miraba enojado, indignado pero no, ese no era el punto; la cosa es que tal gabardina le acentaba de lujo.

—Emm... ¿Eres su novio? —Preguntó el chico con el que hablaba y me sacó del trance.

—Sí —dijo él sin dejar de mirarme.

—Oh...

—¿Puedes venir conmigo, Joan?

Asentí levantándome. Una vez de pie, suspiré con los ojos cerrados y acomodé mi fleco en la frente, no comprendía porqué tantos años de conocerle y me encontraba temblando dentro de un elevador a solas con él cuando antes solíamos prenderlo en candela. Era una mujer de casi treinta años por Dios, ya no era un jovencita para sentir este tipo de cosas.

Las puertas se abrieron en un pasillo donde al final había una entrada de dos puertas de metal negro. Nadie había dicho nada en estos minutos que habían pasado. Él abrió una de esas puertas y me hizo pasar primero.

Vaya, era un lugar muy inusual para mí pero me gustaba. Era la azotea del edificio donde sus paredes estaban rayadas y una baranda nos separaba del precipicio.

—¿Puedo saber por qué coqueteabas con ese chico a tan sólo minutos de mi llegada?

Caminé hacía la baranda y eché un vistazo a la calle. La verdad necesitaba ganar tiempo para solventar una buena respuesta.

—A tan sólo minutos, tú lo has dicho. Aún no estabas aquí —me voltee para mirarlo sin soltar la baranda.

Él se acercó mirando al piso con su mano en la barbilla. Al posarse frente a mí tiró a un lado su tapaboca y me acorraló con sus brazos.

Tell The Angels No -MJ Fanfiction [#SmileAwards][Unwarrior2018]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora