Tell The Angels No -MJ Fanfiction [#SmileAwards][Unwarrior2018]

Salvación

Narra Alejandra.

El sushi me encantó, nunca había tenido la dicha de probarlo debido a que su costo en mi país era alto y la situación no se presta para darse aquellos lujos. Prefería comprar pocas cosas de primera necesidad. Después de colgar esa llamada a la que realmente no quería atender, me fui a dar un baño el cual se prestó para pensar incesantes situaciones que revoloteaban en mi cabeza.

Una de ellas era Jacob.

Entre mi rebelión en la cabeza, esta vez quería escucharle decir lo "bella" que él me considera, lo especial que me hace sentir era una de sus virtudes para mí. Por eso me envolví en un atuendo sencillo pero, un tanto elegante como lo era esa blusa de tirantes color crema y tal short floreado que sujetaba muy bien mi cintura junto a un pequeño bolso y tacones blancos.

—Te ves —suspiró sonriente—... ¡Diablos! Eres preciosa.

Me dijo justo cuando monté una de las camionetas, él se veía increíble también. Su traje negro que se ajustaba a su anatomía lo hacía lucir como un negro bellísimo, se robaba muchas miradas de chicas y mujeres en cuyo restaurante; pero hay algo que me daba mucha emoción, y era que él me miraba sólo a mí. Entre tantas bellas mujeres sus ojos negros se derretían en los míos como si esta noche, fuera la última de nuestras vidas.

—¿Chicos, os queréis visitar cualquier otro sitio? —Dijo Anais y Louis le miró.

—Yo quiero un lugar donde pueda ligar tranquilamente.

—¿Un club? —Sugirió Jacob.

—Mientras esa morena acepte ir, yo voy.

—¿Es tu ligue? —Preguntó Jacob entre risas. Era hermosa su curva.

—Ella lo sabe —le miraba el chico moreno con un tanto de ilusión.

—¡Son lo peor del mundo! —Exclamo ofendida— ¿Por qué no me dijeron que salían? —Esto me agarró de sorpresa.

—Porque no estamos saliendo, catira —dice Anais sumamente tranquila llevando su comida a la boca.

—Ella se hace la dura, pero el negro tiene sus trucos —dijo Jacob guiñándome el ojo, sólo mordí mi labio inferior bajando la mirada. Joder, estaba sonrojada.

—El problema es que la chica es dura de conquistar.

—Te dije, te va a costar. No me trago fácilmente la labia de los hombres. Tampoco tus rosas Louis.

—Anais, qué cruel —le digo.

—Es la verdad, Ale.

Me encojo de hombros y al pasar unos cuantos minutos más nos levantamos para irnos de allí. Me senté en el cojín del vehículo, a mi lado se sentó Jacob y en el de adelante iba Louis conduciendo junto a Anais.