Narra Michael

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Han pasado los días, las horas, los minutos y unos tres conciertos también. Pero no conseguía la noción de que mi vida estaba concurriendo con la de otra chica y que tenía el deber de darle toda mi atención porque era mi pareja ahora, se estaba encargando de convertir mi presente en lo mejor que debía gozar pero, yo no podía; mejor dicho no sabía cómo. Después de todo lo que sentí y vi en un día me dejó perplejo de miedo, de no poder volver a querer, de no encontrar a nadie más idónea que ella, de no sentir grandes efectos por otra chica y sé con certeza de que esa no era su intención al volver a vernos. Pero Joan, estaba truncando todo en mí.

Aceptó lo que le dije, coincidió conmigo en que debía dejarme porque ya tenía a mi lado a Alejandra y... Se fue de mi vida otra vez. Y aunque yo mismo se lo ordené estaba viviendo las consecuencias que me dejó. Volver a verla fue como crear mi propio hoyo, pero al mismo tiempo sentí que mi vida volvía a recobrar ese sentido que Joan había cargado consigo, por supuesto que me gustó admirarla, percibir su persona al lado de mi ser me hizo descansar y, aunque sea, un poco feliz.

¿Pero ahora qué seguía?

Tenía en claro esa respuesta antes de besarla, iba a dejar que ella se fuera y pensaba seguir con mi vida como normalmente habituaba, pero entonces... Le vi allí, lamentando tanto el hecho de que escuchó a Alejandra decirme todo aquello por teléfono, por un momento me puse en su lugar y divisé todo pero con roles contrarios ¿Qué sentiría yo si fuera un hombre el le estuviera diciendo todo eso a ella y peor aún, ella le respondía con gratitud?

Me vería lamentado en la maldita infelicidad, sin escape a nada y con las manos atadas.

—Adelante, no pasa nada —voltee al escuchar voces provenientes de la puerta. Era Alejandra pero no venía sola.

—¿Segura?

—Sí, claro. Estoy sola, además.

—Vale.

Entonces caminó hasta entrar al cuarto y encontrarme allí. Me alegraba verla, después de todo creo que le da un poco de luz a toda mi oscuridad abrupta. Le miro sentado al filo de la cama, está totalmente sorprendida y yo sólo puedo notar lo bella que luce hoy; portaba unos jeans blancos ajustados y una camisa mangas largas color negra junto a unos tacones del mismo tono. Su forma de vestir era muy elegante y sensual.

—Michael —susurra.

—Hola —me levanto y voy hacia ella para detenerme al frente. Parece que le cuesta respirar un poco—. Estás hermosa.

—G-Gracias —baja la mirada ruborizada—. ¿N-Necesitas algo?

Decidido en que esto no puede seguir así doy un suspiro y cierro los ojos, debe haber una manera de arreglarlo. Estoy seguro que ella ha notado la distancia que me he obligado a tomar, pero era eso o el rechazo.

—Sí —tomo su mano que al estar entre las mías comienza a temblar—... ¿Podrías abrazarme muy fuerte?

Me mira con tristeza, como si notara lo mal que la estaba pasando y sólo así enrollar mi cuello con sus largos brazos, yo su cintura para entumecerme en su perfume. No me había percatado del tiempo que pasábamos sin hacer esto, estar cerca del uno al otro, y tanto así que me daba cuenta que me sentía mal por ella y por mí; abrazarla me calmaba en todos los sentidos, sujetarla cerca mío me reconfortaba y eso era porque le quería y después de todo no tenía que pensar mucho estando con ella.

Pensaba que siempre terminaría eligiéndola.

—¿Qué nos sucede, Michael? —me preguntó en sollozos.

—No eres tú —me separo y limpio una lágrima que escurrió.

—Seguro eres tú —me dice y logro captar que quería terminar esa característica frase.

Tell The Angels No -MJ Fanfiction [#SmileAwards][Unwarrior2018]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora