Narra Joan.
Mi corazón se partía en pedazos incontables al paso de los días sin tener ninguna respuesta, la cabeza me iba a estallar y mis ojos casi desangraban por lo rojizo que en cada noche intensificaba su tono. Rezaba a cada momento esperando que mis plegarias llegaran arriba, al todo poderoso y me lo devolviera en cuanto antes.
La noticia embargaba cualquier canal televisivo, mi celular iba a explotar por contratos ¿Pero digame alguien qué hago si lo que yo más amo ya no estaba? Jamás gasté tanto dinero en mi vida por alguien o algo, pero esta vez lo haría sin importar quedarme en la nada. Movería cielo y tierra hasta encontrar a esos desgraciados que se lo han llevado y por Dios, no verán la luz del día una vez más cuando los halle.
—Princesa te he traído la cena —mi madre abrió la puerta con una bandeja y la colocó encima de mis piernas mientras yo posaba sentada en el colchón.
—No quiero nada.
—¡Joan, ya no más! —Gritó—. Has estado tres días sin comer nada y yo no puedo aceptarlo.
—No tengo hambre —me crucé de brazos. Poco a poco mis ojos se nublaban.
—Mirate, estás pálida, delgada. No puedes seguir así.
—Traemelo —susurré en un hilo de voz y el nudo en mi garganta salió—. Búscalo y encuentralo, por favor —tapé mi cara con ambas manos—. Ya no aguanto un día más en esta desesperación.
Ella corrió abrazarme pero el dolor me apuñalaba tan fuerte que nada podía detenerlo. Estaba enloqueciendo, cada noche deliraba pensado en él. Aparecía en mi habitación y me rogaba que le salvase de la oscuridad en la que se encontraba, me despertaba en las noches porque alguien tocaba mi hombro y allí estaba mirándome con su semblante triste. No lograba entenderlo, no comprendía porqué no me decía donde estaba si podía hablarme.
La esquizofrenia era tan cruel.
—Él vendrá pronto, Joan —estaba desesperada porque no sabía cómo tratar conmigo, como calmar este sufrimiento—. Te lo juro, princesa.
Y eran largas noches, los días parecían estar compuestos por más de veinticuatro horas. Quería doparme, desaparecer de este mundo y volver cuando él ya me esté esperando y pueda correr abrazarme.
¡Pero nadie me decía nada!
¡No habían respuestas en tres meses!
¡No obtenían una sola palabra de esos hombres que...! Sólo hicieron una llamada...Por ello estaba loca, dijeron odiarlo y acabarlo... Dijeron querer arrebatarlo de mi vida. Ya habían sucedido tres meses, tres meses en los que la voluntad de querer vivir se acababa y ahora ya no quedaba nada, ya no quería luchar, ya no quería seguir buscándolo pero entonces él me hablaba, se plantaba frente a mí llorando rogándome su encuentro, me contaba que estaba asustado y que ese lugar era oscuro.
Con una venda negra en sus ojos me hablaba, estaba privado de la luz en un hueco sin entrada me decía. Y sus ojitos al intentar quitarle la venda lloraban lágrimas de sangre. Era un esquelético cuerpo que me añoraba salvación y era donde enloquecía y en mi habitación volaban utensilios de un lado a otro, no hallaba nada qué hacer y sus manos rasgadas y sangrantes con uñas moradas limpiaban mis lágrimas sentados en una esquina de mi alcoba.
Me abrazaba, mi moreno me tendía en sus brazos por cortos segundos y manchaba de lágrimas rojizas mi blusón blanco. Besaba mi frente, pero mi corazón no se disparaba, sólo se rompía porque nada más se trataba de plegarias suyas que aguardaban mi respuesta, mi llegada a donde él estaba.
ESTÁS LEYENDO
Tell The Angels No -MJ Fanfiction [#SmileAwards][Unwarrior2018]
FanfictionSegunda temporada de Vida Indecente Muchas personas creen saber que todo aquellos ángeles que tienen tal término, vienen aquí para hacer el bien. Ayudarte en lo que necesites e iluminar tu camino que puede encontrarse vagando en la temible oscuridad...