Dark Shadow ~Severus Snape

A new begining

Pasaron las semanas y cada vez me encontraba mejor. Para principios de diciembre ya había retomado las clases extras con Snape y estaba al día con todas las clases.

Después de pasar la mañana del sábado con Fred en Hogsmeade, acompañé a Severus a por unos informes en la mansión.

Íbamos por un pasillo desconocido para mí. Luego, entramos en un despacho muy grande, con un ventanal tras el escritorio de mármol y que daba una increíble vista al patio.

-Esto es precioso - dije admirando los detalles de la estancia.

-Era el gusto de mi abuelo, puede que para mí esté un poco cargado.

-¿Cargado con qué? Si es una habitación muy símple y básica.

-Las estanterías son demasiado barrocas para mi gusto, y no me gustan las cosas cargadas.

-¿Si no te quejas no eres persona?

-Lo sabes perfectamente, tu me conoces mejor que nadie.

Me senté en uno de los cómodos sillones y me metí en mi mundo mientras él buscaba algo entre los papeles que iba sacando de los cajones y los que estaban esparcidos por el escritorio.

-Aquí está – expresó satisfactoriamente.

-¿Y eso qué es?

-Mi certificado de adopción.

-¿Tú qué? – pregunté extrañada.

-Cuando mi padre murió realmente mis abuelos me adoptaron.

-¿Y ese realmente?

-Cuando mi hermano estaba a punto de nacer él desapareció y corría en el pueblo el cotilleo de que lo habían encontrado muerto en un callejón. Seis años después llegó una carta para asistir a su funeral, había muerto en un motel ahogado con su propio vómito, rodeado de botellas de alcohol y con marcas de agujas cerca de la flexura del codo.

-Merlín… Que fuerte…

-Ese cabrón se merecía morir agonizando.

-No digas eso de ninguna persona, nadie se merece tal cosa.

-Si lo hubieras vivido alguna vez pensarías lo contrario.

No le contesté a aquello. Eran un tema tan personal que nadie sería capaz da sacarlo de su opinión.

Una vez que Severus hizo una copia del papel lo envió a una dirección vía elfo doméstico.

-¿Quieres hacer algo en especial ahora que hemos salido del castillo? – me preguntó – Desde aquí podemos ir prácticamente a cualquier lado.

-Pues no sé… Podríamos ir Cardiff, siempre he querido visitar el Bute Park.

-Decidido entonces.

-Me consientes demasiado.

-Tú pides poco, normal que ceda en todo.

-Puedo sacar mi lado caprichoso si quieres – bromeé.

-Tu no tienes de eso.

-¿Ah no? ¿Cómo estás tan seguro?

-“Mi hija es muy rara, podría ser caprichosa y pedir todo lo que se le antojara que yo con gusto se lo daría, pero es que se conforma con lo que tiene”- intentó imitar a mi padre mientras lo parafraseaba.

-Acabas de cortarme todo el royo nombrando a mi padre.

-Lo siento, venga, vamos de una vez.

Salimos al patio y de allí nos aparecimos en la parte superior del castillo de Cardiff.