Capítulo 139 - Tirria

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Se veía que el chivato de mi hermano había avisado a mi madre de que veníamos unos pasos detrás, pues nada más abrir la puerta principal nos topamos con una radiante Narcisa Malfoy, aún más sonriente que el Gato de , si es que aquello era posible

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Se veía que el chivato de mi hermano había avisado a mi madre de que veníamos unos pasos detrás, pues nada más abrir la puerta principal nos topamos con una radiante Narcisa Malfoy, aún más sonriente que el Gato de , si es que aquello era posible.

- Oh, cariño, que bien te sienta ese color – la rubia se abalanzó a abrazarme –. Parece que tu padre hoy va en son de paz – susurró simulando un beso en la mejilla –. Absolutamente fabulosa – se separó con alegría –. Y tú – se acercó a mi marido para saludarlo con un beso en la mejilla – hazme el favor de comportarte esta noche – lo señaló con el dedo.

- ¿Cuándo no me comporto yo? – Severus frunció el ceño. Perfecto, con lo calmado que había estado nada más entrar y ya lo había cabreado.

- No le eches cuenta – agarré su mano y la apreté ligeramente para darle ánimo.

La anfitriona abrió el camino hasta el pasillo, mientras la seguíamos al paso más rápido que Severus podía.

- ¿Cómo está mi niña?

- Pateándome el estómago – cerré los ojos intentando no recordar el ardor que sentía antes de tomar una poción antiácido.

- Cariño, estás de treinta y dos semanas, es totalmente normal.

- Lo que no es normal es que tú lleves las cuentas más exactas que yo y eso que ya me quiero deshacer de esto.

- No dirás lo mismo dentro de seis semanas cuando te tengas que despertar a cada dos horas. ¿Y tu ya has superado la fase de aceptación? – se volteó levemente para mirar al pelinegro.

- Dejémoslo en la de asimilación – comentó con cara de pocos amigos.

- Ya se te pasará – la rubia abrió a golpe de varita la puerta del salón, que rara vez permanecía cerrada.

La habitación, usualmente sombría, brillaba como nunca bajo la luz de decenas de velas flotantes, y la mesa del comedor había sido trasladada, y levemente encogida, al centro de la cálida estancia.

- Vaya... - se escapó de mis labios mientras miraba embobada el lugar.

- Sabía que te gustaría – una sonrisa de satisfacción adornó los labios de la Señora Malfoy.

El mármol de las paredes lucía más blanco que nunca y unas preciosas flores de pascua adornaban la estancia.

Solté la mano de Severus y lo agarré del brazo.

- Me gusta mucho veros admirar la decoración, pero me gustaría sentarme – comentó Severus con pesadez.

Narcisa Malfoy asintió y atravesó el medio portón abierto en dirección a la mesa.

Apreté mi agarre y lo miré, solo cuando me hubo asentido levemente entramos en el majestuoso salón.

- Ya era hora – masculló algo irritado el patriarca.

Dark Shadow ~Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora