Dark Shadow ~Severus Snape

Nice meeting

La verdad es que había descansado muy bien ese fin de semana, había pasado el domingo con Fred, George y Copeland y quedaban solo dos días más para partir en el expreso de vuelta a casa por Navidad.

Después de las clases me dirigí hacia el despacho de Snape y como la puerta estaba abierta decidí entrar sin hacer ruido.

A lo lejos, dentro del laboratorio se escuchaban dos voces claramente reconocibles, la de Severus y la del director.

- Deberías ir y tomarte un descanso, aunque solo sea por una noche, como haces todos los años.

- Pero esta vez es diferente Albus, no puedo ir. Se lo prometí a ella.

- No le pasará nada, yo estaré aquí para cuidar de él, tu puedes disfrutar por lo menos viendo a una persona que realmente te importa y no por una promesa, tomate la noche hijo.

Yo cada vez entendía menos y me quedé al otro lado de la puerta escuchando la conversación.

- No puedo, al menos no este año. Es mi última palabra.

- ¿Y Lyra?

- ¿Qué pasa con ella?

- No te hagas el tonto, hijo. A mí no me engañas.

- No sé de lo que me estás hablando. Los años te están haciendo desvariar.

- Ignórame, pero es una tontería que lo sigas negando.

- Lo que digas.

Escuché unos pasos acercarse a la puerta. Entonces, me alejé unos centímetros y coloqué mi mano como si fuera a llamar.

A los pocos segundos se abrió la puerta, dejando ver al director sonriendo y a un Snape un poco malhumorado en el fondo del laboratorio. El mayor me dedicó un guiño y rápidamente se fue.

- ¿Te vas a quedar ahí de pie o piensas entrar?

- Vaya… -dije mirando – alguien está de un humor de kneazles.

- Muy graciosa, pero espero que estés dispuesta a limpiar esos calderos – señaló una pila que tenía detrás.

- Como quieras… - no iba a ceder tan fácilmente – Pero yo creía que con tus grandes habilidades y conocimientos podría aprender algo de provecho. Eso sí que sería un castigo, tener que escucharte, menos mal que me has mandado lo otro.

Me acerqué hacia los calderos y cuando pasé por su lado él me agarró del brazo, concretamente por la muñeca. Se me escapó una pequeña sonrisa de victoria.

- Cambio de planes. Espero que seas capaz de hacer algo tan sencillo como una poción multijugos.

- No sería ningún problema si no fuera porque tarda un mes.

- Empezarás después de las vacaciones.

- ¿Entonces qué hago aquí ahora?

- Puedes ir buscando las indicaciones e identificar los ingredientes. Hay algunos más difíciles de conseguir, pero están todos en mi almacén, así que no tendrás que no deberías tener problema.

- Cómo quieras, ¿dónde están las instrucciones?

- Sobre mi escritorio hay algunos libros, ahí la encontrarás. Ahora, si no te importa tengo algunas cosas en las que trabajar.

Salí y me senté en la silla de su escritorio, la cual debía de reconocer que era muy cómoda. Había varios papeles escritos en una esquina y a su lado algunos restos de pergamino sin usar y una pluma dentro de un tintero.