Capítulo 93 - Sección Prohibida

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PdV Omnisciente

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PdV Omnisciente

Desde los árboles una criatura observaba como una pareja se acercaba al portón de entrada.

La puerta se abrió al poco de quedar los ancianos parados frente a ella.

El hombre canoso y de pelo largo portaba una longeva barba con diversos adornos plateados en ella. La mujer a su lado era bastante más joven, de cabello castaño oscuro y recogido en una cola. Ambas figuras, altas, delgas y vestidos con túnicas se dirigieron hacia la no tan antigua casa.

El animal siguió cauteloso y curioso a los invasores durante todo el camino. Una vez dentro de la vivienda, el hombre se tomó la libertad de subir a la segunda planta.

- Albus - habló la mujer por primera vez desde que entraron en los terrenos -, ¿no tienes la impresión de que nos observan?

- Eso, querida, es porque lo están haciendo - la mujer frunció el ceño, su rostro se envejeció considerablemente con aquel gesto serio -. Tranquila, sería preocupante que no hubiese seguridad teniendo en cuenta quienes viven aquí - continuó con su paso el hombre.

Prosiguieron la visita como si el hombre conociera de antemano la casa y se quedaron parados frente a una puerta abierta. Desde ese ángulo la mujer no podía observar la habitación al completo, solo distinguió a una persona en una gran cama y las piernas de otra persona.

El hombre observó a la pareja que dormía plácidamente y golpeo ligeramente la madera del marco de la puerta.

El hombre pelinegro se levantó alterado y alzando la varita al frente. Solo llevaba unos pantalones, dejando ver su delgado cuerpo, lleno de cicatrices de diverso calibre, y una marca entintada en su brazo izquierdo.

- Tranquilo muchacho, tú mismo me distes permiso para entrar - levantó las manos inofensivamente el mayor.

- Joder Albus - expresó con enfado. Su compañera de habitación soltó un leve quejido ante el ruido que amenazaba con devolverla a la realidad -. Podrías haberme avisado de cuando ibas a venir - comentó en tono bajo.

El hombre de pelo negro como el carbón se puso rápidamente una camiseta y salió cerrando la puerta tras sí, dándose cuenta en aquel momento de la presencia de su compañera de trabajo.

- Buenos días, profesora - dijo cordialmente, para luego echar una mirada de completa furia al hombre canoso - Explícame que está pasando - exigió.

- Tú pediste ayuda para encontrar algo en la biblioteca y yo he traído a la mujer de confianza que más se conoce la Sección Prohibida. Bueno, hijo, supongo que tendrás hambre, hablemos tranquilamente mientras desayunas.

La criatura siguió a los tres individuos, con el fin de informar posteriormente a su "dueña".

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Dark Shadow ~Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora